El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

08 agosto 2009

Raitán



Fíjense qué dos noticias traía el periódico de ayer en las páginas de sociedad. La primera es una escena habitual de los últimos tiempos, varias decenas de inmigrantes tumbados en el cemento de un puerto cualquiera. Están tendidos en el suelo y el rojo fuerte de las mantas de los voluntarios resaltan la piel negra y, sobre todo, la blancura de los ojos vueltos, por el estado de shock en el que se encuentran. Es una escena habitual, ya digo. Los de ayer eran noticia (ya saben que la reiteración empequeñece los acontecimientos en el interés general y por tanto en la prensa, excepción hecha de la política) porque los encontraron en alta mar, exhaustos, a bordo de dos embarcaciones de juguete, de las que se venden en las tiendas de playa. La segunda noticia era de Raitán, el perro de un vagabundo de Dos Hermanas que la policía rescató hace unos días en condiciones lamentables. El dueño, alcohólico, indigente y enfermo, lo mantenía encerrado en una habitación y, por la falta de higiene, había criado una gran cantidad de pelo. La noticia lo detallaba: «una gran cantidad de pelo criado que, junto a la suciedad acumulada y el tremendo hedor, le había formado tremendos nudos y extraños apéndices, haciendo difícil distinguir éstos de las patas y el rabo del animal». Una asociación andaluza de defensa de los animales ha puesto sus servicios jurídicos a disposición del perro para emprender las acciones legales que sean oportunas (incumple la normativa de llevar un microchip) y –esto es, sin duda, lo más interesante de la noticia– su cautiverio ha despertado una corriente inmediata de solidaridad en media Europa: «A las pocas horas de hacerse pública la noticia ya se había rebasado el medio centenar de solicitudes de adopción procedentes de familias de España, Bélgica, Alemania, Holanda y Francia».

¿Podemos extraer alguna moraleja de estas dos informaciones o lo despachamos con la consideración genérica de que la mera vinculación de estas dos noticias es un ejercicio de demagogia insoportable? ¿Es pertinente sorprenderse por la inmediata corriente de solidaridad hacia el perro abandonado, algo que jamás se ha suscitado en Europa con respecto a uno sólo de esos inmigrantes subsaharianos? ¿Es conveniente establecer un paralelismo entre los cuidados que va a recibir el perro en un centro especializado y el destino que les espera a los inmigrantes, primero recluidos durante meses en un centro semi-penitenciario y luego repatriados o abandonados en la calle?

Dicen que Raitán está «psicológicamente fatal, constantemente asustado, gruñe y se esconde de quien se le acerque» y que, en cuanto se recupere, no será difícil encontrarle «una familia de acogida»... Que sí, que ya sé, que todo esto es demagogia. Y, además, es imposible luchar contra las fuerzas que mueven la sociedad, las corrientes de afecto inconscientes que se despiertan conducidas por los medios de comunicación. De acuerdo, pues, no comparemos: Vamos a limitarnos a tener con los inmigrantes la misma consideración social que con Raitán, la misma comprensión. Ni siquiera reparemos en la diferencia entre personas y animales. Rebajemos la demagogia a lo elemental: el perro ha sufrido, los inmigrantes también. Sólo eso. Cuando los vea en la playa, cargados de bolsos y de relojes, o en un semáforo, ofreciendo pañuelos y sombrillas, piense al menos en eso.

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3 Comments:

At 11 agosto, 2009 10:52, Blogger Unknown said...

Yo espero que cuando la gente abandone a un animal o lo maltrate también piense si eso lo haría con su hijo.
Toda vida merece un respeto, tanto si es una ardilla, un perro, un anciano o lo que sea.
(aunque sinceramente, no todo el mundo merece respeto, sólo el que lo da lo merece)

 
At 13 agosto, 2009 11:52, Blogger marga said...

Seguro que no está bien que se comparen los dos casos, pero me gustaria dejar plasmada mi propia experiencia que viví, a la par, hace ya un tiempo, con un inmigrante "sin papeles" y una perrilla abandonada. Ambos me pedían cariño y comprensión. A los dos acogí y este ha sido el resultado final : al día de hoy, mi perrilla continua fiel, cariñosa y alegrándome cada segundo de mi vida, el inmigrante ilegal, se convirtió en un auténtico maltratador que estuvo a punto de arrojarme por la ventana.. Y, ahora, que cada cual saque sus propias conclusiones, y repito, seguro que está mal que se compare ambos casos.

 
At 13 agosto, 2009 18:06, Blogger Benito said...

A mí me gustaría pensar que a su madre le ha perdonado Dios por haberle parido a usted. Ahora falta que el resto del planeta la perdonemos.
El de la manta roja de la foto vino a este país porque le dió la gana y, si no me equivoco es una persona que puede defenderse. Raitán cayó en las manos de los mal llamados "seres humanos". Le maltrataron sin piedad, ya lo ha visto usted. A mi me importa la raza humana aunque solo unos pocos, pero la otra raza, la indefensa, me importa mucho más.
¿Le importa a usted que si un día le veo hogándose junto a un perro le salve al perro y no a usted?. Porque eso es exactamente lo voy haría.
Buenas tardes.

 

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