El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

08 agosto 2009

Charlatanes



Entre las noticias del verano, hay un subgénero que apasiona: las noticias de las vacaciones de los políticos. Pocos retratos tan certeros como una crónica, en apariencia insulsa, en la que los políticos detallan sus planes de veraneo. Lo que ocurre es que, por lo general, las informaciones se enfocan mal, no se explota su valor genuino como retrato de clase. En vez de eso, esos reportajes se encabezan siempre con el descubrimiento bobo de que «los políticos son humanos». Como si alguien se sorprendiera al descubrir que el ser político es un ser común, vulgar; como si el personal tuviera la idea amasada, prefijada, de que la clase política la forma una raza o una especie distinta a la humana, superior, con usos y costumbres distintos a los del pueblo que gobiernan. Y no, claro.

El caso es que por esa bobería de enfocar las vacaciones de los políticos como una rareza impropia o como un gesto de camaradería o sencillez, se desperdicia el mejor análisis del subgénero, que no es otro que el descubrimiento palpable de la mentira incluso en los planes de ocio. O sea, que las trolas que suelen meter algunos políticos cuando se les pregunta qué piensan hacer en el mes de agosto suelen ser apoteósicas, impresionantes.

¿Qué necesidad tiene un político de mentir sobre sus vacaciones? Pues, lo hacen, oiga. Y esa tendencia compulsiva al engaño es la que convierte las noticias de las vacaciones de los políticos en un subgénero de gran valor documental; informaciones que tendrían que ser analizadas como un improvisado ‘test de sinceridad’. Concluiríamos entonces que, incluso cuando el personal está de vacaciones, «la política es el paraíso de los charlatanes», como decía George Bernard Shaw.

Fíjense, por ejemplo, lo que ha contestado el alcalde de Sevilla, el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, cuando le han preguntado qué piensa hacer en el mes de agosto. Transcribo el listado de propósitos del alcalde. Como este verano no hay elecciones de por medio, el alcalde dice que quiere relajarse. Y esto es lo que tiene preparado para «relajarse». Atención: la mayor parte del tiempo se va a quedar en Sevilla, para disfrutarla en agosto, y, sobre todo, «para inspeccionar el carril-bici con su propia bicicleta». ¿Y la playa? También, a Chipiona, para así, de paso, visitar a su madre. ¿Nada más? No, hay más:«pretende estudiar algo de inglés médico» y, finalmente, quiere «sacar tiempo para escribir un libro». Pero no un libro cualquiera, de cuentos cortos o ensayos de política, no, un libro de historia, de la historia de Sevilla en los dos últimos siglos desde la perspectiva de los dos últimos cardenales, Bueno Monreal y Amigo Vallejo.

La trola, como observarán, es inmensa. No se conforma con decir que se va quedar disfrutando de Sevilla en la soledad de agosto y de la playa, en Chipiona, como tantos sevillanos, no, se queda en Sevilla pero pedaleando, a 45 grados a la sombra, ¡para inspeccionar el carril bici!; no dice que vaya a repasar algo de inglés, no, va a «estudiar» inglés médico, como si no hiciera treinta años que no se pone una bata blanca; y por supuesto no se conforma con leer algún libro, no, va a escribir uno y de historia. ¿Lo ven ahora? Estas declaraciones están desperdiciadas. Después de lo del inglés médico en agosto, ¿cómo se va a creer nadie lo que diga el alcalde Monteseirín de las corruptelas municipales de Mercasevilla? Venga ya...

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1 Comments:

At 09 agosto, 2009 14:51, Blogger Lopera in the nest said...

Felicita a Carmen Torres por el artículo sobre el "Cunete".

 

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