Mafiosos
“¿Che cosa è la mafia?” La pregunta se la hizo en voz alta hace unos días en Granada el fiscal jefe de Palermo, Francesco Messineo, un apacible italiano de 63 años que lleva media vida luchando contra la mafia. “¿Qué es la mafia?”, se preguntó el fiscal de Palermo y en la conferencia con la que dio respuesta a su propia pregunta quedaba muy clara la impresionante capacidad de adaptación de la mafia al signo de los tiempos. Dos siglos después de haber nacido en los desolados latifundios del campo siciliano, la mafia es una organización criminal para la que trabajan más de cuatro mil personas, organizadas en alrededor de cien ‘familias’ que se rigen por reglas estrictas (“a pesar de que pueda parecer paradójico, la mafia tiene una fuerte necesidad de normas y de orden en las decisiones”).
Lo que viene ocurriendo de unos años a esta parte, sobre todo desde los años noventa, es que la mayor presión de la policía y de la Justicia italiana ha provocado que la mafia haya ‘diversificado’ su negocio. “Antes, por ejemplo, trataban la droga o la producían, ya no hacen eso, la traen de sudamérica a través de España y de otros países. Ahora también invierten en lugares turísticos de la costa española. En construcción, en supermercados o negocios de alimentación”, afirma el fiscal de Palermo.
La detención este fin de semana en Málaga de Raffaele Amato, uno de los principales jefes de la Camorra napolitana, es una de esas noticias que acaban provocando una enorme inquietud, vértigo ante el abismo de lo desconocido, la realidad oculta que puede tener la apariencia de honorables constructores, afamados emprendedores turísticos o arriesgados empresarios de alimentación. “La mafia ya no invierte en Italia, lo hace en otros países como España”.
¿Che coda è la mafia?, se preguntó el fiscal de Palermo. Es curioso que, en los dos siglos de vigencia de la mafia en italiana, haya sido el fascista Benito Mussolini el único dirigente que haya podido ponerla contra las cuerdas. Incluso se subió a la tribuna del Parlamento, en 1927, para certificar que había logrado erradicar a la mafia gracias a la contundencia de su prefecto de policía, Césare Mori. En su conferencia de Granada, Messineo relató cómo el acoso de Mussolini a la mafia fue lo que provocó que los capos, en su huída, se instalaran en los Estados Unidos, tipos legendarios como Lucky Luciano o Vito Genovese.
Acabó la Guerra, cayó Hitler y Mussolini, y los aliados propiciaron el regreso triunfal de los capos a Italia. “La mafia fue recompensada con grandes favores e incluso con el nombramiento de alcaldes en varias ciudades de Sicilia de conocidos mafiosos con una total compenetración entre el poder legal y la mafia”. Mussolini, claro, sólo combatía la mafia porque competía con él en el control absoluto de la sociedad, pero, en la paradoja terrible de que el fascismo erradicara la mafia y que los aliados, los abanderados de la libertad, la premiaran, va implícita la lección permanente de la historia, que invita siempre a desconfiar de la apariencia de las cosas.
Etiquetas: Corrupción, Málaga, Sociedad, Varios
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home