El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

17 febrero 2008

Believe


Carlos Herrera eligió el ‘Día de los enamorados’ para entrevistar al presidente del Gobierno. De todos los días del año, el día de San Valentín es, sin duda, el mejor para entrevistar al presidente Zapatero. Y así, cuando Herrera le preguntaba, «presidente, qué es tensión», a Zapatero sólo le faltaba contestarle con rimas de Bécquer. «¿Qué es tensión?, dices, mientras clavas tu pupila en mi pupila azul…»

Todo en Zapatero es una invocación al amor ciego, a la confianza sin reparos, a las adhesiones inquebrantables. Por encima de la evidencia, mírame a los ojos. Hay que estar enamorado para no encontrar en cada respuesta del presidente una invitación al olvido, una puerta abierta al cinismo, un requiebro de eufemismos y huidas. «Presidente, los artistas que le apoyan han llamado a los votantes del PP turba de imbéciles.» Y Zapatero, «no es un insulto, es una crítica preventiva». Como el paro, que no es que haya más paro, sino un aumento de inscripciones en las oficinas de Empleo. O el despilfarro del piso del ministro de Justicia, que resulta que sólo son «algunas reformas notables desde el punto de vista estructural que han sido realizadas con la prudencia adecuada»... Lo mismo que Obama tiene de lema el ‘yes, we can’ (‘sí, podemos’), Zapatero, que hace campañas tan a la americana, tendría que adoptar como eslogan el ‘Yes, believe me’ (‘sí, créeme’).

Sin embargo, objetivamente, ninguno de los grandes problemas que había planteados en España hace cuatro años se han solucionado con Zapatero. Unos, los adeptos, dirán que ha mejorado la perspectiva para solucionarlos y otros, los adversarios, que todo ha empeorado. Pero, sin entrar en ese trasiego, es evidente que ninguno se ha solucionado. La vivienda es más cara y ha subido hasta el colapso; hay más inmigrantes ilegales y son incontables los muertos en pateras; las tensiones territoriales se mantienen tras el fiasco de los estatutos; fracasó el proceso de paz y la unidad en la lucha antiterrorista está más debilitada que nunca. Y los engaños en la negociación con ETA... «No he mentido, he sido sincero», dice el presidente sin reparar en que sinceridad no es admitir las mentiras al cabo del tiempo, sino decir la verdad en cada momento.

Carlos Herrera eligió el día de los enamorados para tomarse una tostada con aceite en La Moncloa y entrevistar al presidente del Gobierno. Dice Herrera que en La Moncloa han entendido al fin que lo deseable por las mañanas no es mojar el pan en aceite de camión, que es lo que le servían antes, sino que es preferible un chorro de aceite de oliva virgen. Herrera lo dice abiertamente. Quizá porque sabe que la hojana es coyuntura, un estado de ánimo agradable, pero que no puede convertirse nunca en un modelo de vida. Que llega un momento en el que lo mejor es llamar a las cosas por su nombre. Incluso, si el presidente quiere, Herrera le contestaría con rimas de Bécquer. «Tu pupila es azul, y si en su fondo/ como un punto de luz radia una idea,/ me parece en el cielo de la tarde/ una perdida estrella./»

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2 Comments:

At 18 febrero, 2008 10:16, Anonymous Anónimo said...

Colocar la rima de Becquer al final ha sido como la apoteosis de una opera, genial.

 
At 21 febrero, 2008 16:06, Blogger dupari said...

mintió con total descaro

 

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