El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

11 febrero 2008

Manolismo



El candidato de Izquierda Unida, Diego Valderas, ha rescatado para la campaña andaluza una expresión que había comenzado a caer en desuso: el ‘manolismo político’. Fue en el congreso del PSOE del año 2000 cuando se acuñó la expresión para denominar la influencia y el poder que comenzó a desplegar Manuel Chaves en el PSOE. Aquel año, sin que nadie lo esperase, Chaves se vio de repente en el centro de la plaza, convertido de pronto en la estrella más brillante del firmamento socialista. La caída de Felipe González, el apuñalamiento de Borrell, el fiasco de Almunia y la sosería inicial de Zapatero convirtieron a Chaves en la referencia más notable. El PSOE se despeñaba en las Cortes y Chaves, sin embargo, lograba sacudirse de los hombros la lluvia fina que Aznar convirtió en mayoría absoluta aquel año. Por eso, cuando se acabó el congreso regional, algunos periódicos bautizaron aquel instante con el término. Así decía, por ejemplo, El País: “El ‘manolismo’ es como su fundador, prudente y meticuloso. Ha ido echando raíces poquito a poco, con sigilo, como quien no quiere la cosa, hasta que un buen día los socialistas andaluces se encontraron con la sorpresa: no sólo tenían un líder, sino que, además, era indiscutible”. A partir del carácter indiscutible, se añadían el resto de atributos. “El hechizo, la fascinación y, por supuesto, la glorificación de los compañeros y compañeras al nuevo movimiento, el manolismo”.

El problema fundamental que tiene una desproporción tan abultada de elogios es que tampoco las reacciones son comedidas. Empezando por el afectado, el personaje que se ve adulado, glorificado, y que acaba creyendo que, ciertamente, él es un prodigio de la historia política, un hito universal, una inmensa suerte para sus contemporáneos. Un regalo del cielo. Lo malo para él es que, a pesar del coro de aduladores y pelotas, ciegos y fieros, siempre queda quien recuerda las limitaciones del líder ahora indiscutible. Y cuando observa el espectáculo, el besahuevos en el que se convierte un partido político, no puede contener la carcajada cuando oye hablar del ‘manolismo’ como movimiento político fascinante.

La expresión, de todas formas, tuvo poco recorrido en el PSOE. Quizá porque ellos mismos acabaron concluyendo que la resonancia del ‘manolismo’ no era muy afortunada, que sonaba, más a cosa cateta que a liderazgo político. Dice uno ‘manolismo’, y piensa más en Manolo Gómez Bur y Gracita Morales, ay señorito, que en Manolo Chaves. De ahí que se olvidara la expresión en el seno del PSOE. Hasta que el otro día la rescató Diego Valderas y la dotó de un nuevo contenido: El ‘manolismo’, dice Valderas, es “soberbia, prepotencia, compra de voluntades, miedo y clientelismo”. En fin, dejémoslo ahí. Como faltan pocas semanas para las elecciones, limitémonos a anotar la retahíla. No sea que, tan pronto se cierren las urnas, a Valderas se le olvide todo y acabe convirtiéndose al ‘manolismo’.

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2 Comments:

At 11 febrero, 2008 13:48, Blogger Lopera in the nest said...

¿Esta el Sr. Valderas en el mismo partido, o coalición que el Sr. Llamazares?, Porque hay que ver las cosas que dice del PSOE y la actitud del Sr. Llamazares en el Parlamento de Madrid.

 
At 12 febrero, 2008 12:20, Anonymous Anónimo said...

Loperainthenest, a Valderas le cabrea que Chaves le mencione la pinza porque lo que le guste es el poder, no la oposicion. O no se ve clarisimo en el Ayuntamiento de Sevilla? Lolo Silva que es manolismo también o fascismo directamente? Si lo prefieren estalinismo.

 

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