Picaihua
El año que viene se cumplirán cuarenta años del primer asesinato de ETA. Yo quiero mirar atrás, a ese abismo de calaveras y de sangre, desde el camino de tierra sembrado de pétalos de flores rojas que han recorrido los indígenas de Picaihua. Con su cara de pasmo, con sus llantos de amigo, de vecinos que esperaban la vuelta de Carlos Alonso Palate. «Bienvenido a tu tierra». Lo iban a recibir con una pancarta como ésta de ahora, pero no muerto, coño, vivo y con los bolsillos cargados de euros para correrse una juerga con aguardiente andino, del mejor, de ese que mezclan con trozos de coco, gajos de limón y mango verde.
Yo quiero mirar atrás, a esta locura de ETA, con lágrimas de novia, de madre, de vecinas. Y el niño asustado, empernacado en la cadera, comiéndose los mocos. Desde allí, desde la miserable realidad de esos campesinos indígenas, quisiera yo ver y sentir el absurdo insoportable de la barbarie terrorista vasca. A los dos últimos muertos de ETA hay que mirarlos desde allí, porque se han quedado tan solos, los hemos dejado tan solos como a las viudas de los guardias civiles andaluces que mataban hace cuarenta años en el País Vasco y volvían huyendo, arrastrando en una mano la maleta de tela atada con cuerdas y en la otra los hijos. Los mataban y les escupían a las viudas con la indiferencia y el asco.
«Mijito lindo a mí solita me vas dejando». Yo quiero mirar al abismo de esa locura con los ojos ciegos de la madre de Palate, con su poncho negro y su sombrero color café.
Podemos pensar que ese silencio ante las víctimas no es nuestro, que se trata de un silencio oficial. Pero no es así. Es verdad que tras el atentado de Barajas ha habido silencios de vergüenza, como el del presidente del PSOE, presidente también todos los andaluces, que se fue de vacaciones antes del atentado, dejó su discurso grabado de Navidad y, no sólo no lo modificó para condenar el atentado, sino que todavía no ha vuelto para maldecir a ETA.
No es el silencio oficial el que podemos cambiar sino el nuestro, nuestra indiferencia. No con manifestaciones, no con concentraciones, no con protestas simbólicas, no con rivalidad política. Ya no. El silencio que podemos romper es el de considerar a los muertos de Ecuador como ‘asesinatos de segunda’. Que siga la polémica y se olviden.
«Tras el atentado, ¿qué? Yo lo tengo cada vez más claro. Está demostrado por cuarta vez que con ETA no hay nada que hacer. Nada. Ni con esta ni con la que venga. Nada. Porque es una organización fanática y totalitaria a la que, o le das toda la razón para justificar su violencia o no aceptarán nada de nadie». Lo ha dicho Iñaki Anasagasti, que también denuncia que la sociedad está anestesiada. Y ésta debe ser la lección y el homenaje. Por los muertos de Ecuador, ni una tregua más. Por las lágrimas de Picaihua, ni una tregua más. Tienen que ser los últimos muertos del cinismo y la burla. Cuarenta años. Ni una tregua más.
3 Comments:
Sr. talantero, si el Sr. Pte. del Gobierno quiere sentarse con ETA, que se siente, que quiere hablar, que hable, pero, tal y como escribí el otro día, la banda terrorista no puede conseguir NADA. Yo puedo entender que los etarras hayan decidido dejar la actividad terrorista y que quieran buscar una forma negociada de esto, pero deben tener muy claro que NUNCA van a obtener NADA. Este el límite al que puedo llegar, el mismo que con cualquier organización criminal, el mismo que con los nazis.
Pero tengo mis dudas, hoy viendo al portavoz de los etarras en TV, Otegui, estaba delante de dos banderas, la del País Vasco y la de Navarra, ya sé que para mucha gente son dos trapos, para otra dos simbolos territoriales, para mí es el simbolo de que los etarras consiguen ALGO, y eso, ya le digo, en mi opinión no debe ocurrir NUNCA.
Zapatero no va a volver al Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo,por que su hipoteca con ETA sigue sin explicarse.Aún no sabemos como llegar a la cuadratura del circulo,que consiste en que la banda no renuncia a ninguna de sus exigencias(autodeterminación,Navarra y excarcelación de presos),y Zapatero con su milonga de que no hay precio político.
¿Qué negocian pues?.
Tal cuestión metafísica nos lleva a otra:el mensaje extrasensorial del dia antes del atentado.
"Estamos mejor que ayer".Sin duda,césar visionario.
Tras la reunión de hoy con Rajoy y las explicaciones de este,los ciudadanos seguimos sin saber que información manejaba el Presidente sonriente,cual es el plan a seguir por el Gobierno,y si cambiamos el Plan Zapatero por una revisión del Pacto de Estella.
A todo esto,la mujer del año,De la Vega,se materializa tras su evaporación tras el atentado,y el Ministro del Interior y ex portavoz del GAL,nueve dias,nueve,despues del atentado,sigue sin comunicar que tipo de explosivo fue el utilizado.
Lo único que nos falta,es que se pierdan las pruebas o se contaminen,y no sepamos si fue cloratita o restos del roscón de Reyes.
Ya lo escribí aquí una vez y sigo sin entender lo de la negociación política.
El margen del Estado de Derecho para la negociación política es muy limitado. Incluso para cambiar el escenario se han de seguir los trámites establecidos. ¿Qué se negocia pues, hacerlo por la puerta de atrás, así a la remanguillé? Eso no es posible, no está en la mano del Gobierno. Si se ha empleado como farol para la negociación con ETA, es de idiotas. Tarde o temprano, ETA o la sociedad española, descubriría el pastel y todo sería peor. Si esto es lo que ha pasado, ha sido un error terrible, aunque todavía superable. Persistir sería ya suicida, y nos costaría muchos años superarlo.
Personalmente considero necesaria más claridad en el sentido que comenta lopera_in_the_nest.
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