Cajasur
Ya no hay guerra de cajas, ni la Iglesia es un carcamal trasnochado que quiere lucrarse a costa de los ciudadanos. Ya no es Cajasur «un centro de corrupción» que beneficia a los canónigos y a sus familiares. Ya no es culpable la Iglesia de tener una caja de ahorros que «no es útil al ahorro de los andaluces». Ya no es Cajasur «peor que la mancha negra del Prestige».
Ya no es nada de eso. Porque todo aquello, barbaridades que siguen flotando, olvidadas, en los espesos ríos de tinta que hizo correr la Junta en su guerra por hacerse con el control de todas las cajas de ahorro de Andalucía, ya no es un discurso que interese al Gobierno andaluz. La misma Cajasur, aquella de las corruptelas, recibe ahora el elogio abierto del Gobierno andaluz. «Nos rendimos ante la evidencia de la buena gestión», dijo ayer el consejero de Economía. Sí, la misma Cajasur, que está presidida por un canónigo al que pronto relevará en el cargo otro canónigo, ya no es el reflejo de la usura antigua de la Iglesia acostumbrada a tener privilegios.
Cajasur ya no favorece la especulación, ni siquiera ayer, el día en el que esta caja de ahorros se hace con todo el capital de la promotora inmobiliaria del empresario cordobés Rafael Gómez, Sandokán, imputado por su supuesta relación con la trama urbanística de Marbella.
El mejor aliado de la política ha sido siempre el paso del tiempo, la confianza en cada día se difumina un trozo de ayer. Por eso habremos de tener siempre presente aquello que dijo de Kundera, que «existe un vínculo secreto entre la velocidad y el olvido, la lentitud y la memoria», para detener el tiempo y mirar atrás. Como ahora, en Cajasur, con la transición acabada de una guerra a un armisticio.
De las palabras del PSOE, de las amenazas y las acusaciones, ya ven, no queda nada. La misma caja de la Iglesia recibe ahora la valoración opuesta, una evidencia que sólo nos sirve para constatar el valor y el rigor que tienen las opiniones de los dirigentes del PSOE cuando se enfrascan en estas guerras. No son mentiras, no, es la expresión más palpable del sectarismo al que ha llegado este partido, o mejor estos dirigentes en su degeneración hegemónica.
En fin, que de toda la basura volcada sobre Cajasur en los seis últimos años lo único valioso es comprobar cómo la Iglesia sabe marcar los tiempos. Primero se mantuvo firme ante la presión. Sin estruendo ni alharacas, pero firme. Luego quitó de enmedio al obispo díscolo, que acabó en Granada. Mantuvo a Castillejo en la presidencia hasta que cesaron las peticiones de dimisión.
Fue entonces cuando se sentó a negociar con la Junta para ofrecerle el pacto que nunca iba a rechazar. Más poder para el PSOE, pero sin alterar el control de la Iglesia.
La Iglesia y el tiempo. El dominio. Dos mil años de historia. Ya lo decía ayer el cardenal Amigo Vallejo: «Soy un político hasta las trancas».
9 Comments:
Sí, dos mil años de historia. ¿Porqué será que cada día se parece más esta época a la del franquismo?. Es que el Sr. Zarrias es la figura oronda, bigotuda de un Gobernador Civil de la época del Dictador, y no sólo en el aspecto físico, ¿no son sus argumentos los mismos que oíamos entonces?, ¿no es el control de los medios de comunicación el mismo de entonces?., ¿no es la persecución a los periódistas libres la misma de entonces?, ¿no es la parálisis social la misma de entonces?. ¿no es la protección a los sindicatos dóciles los mismos de entonces?, ¿no obtienen los mismos empresarios de entonces, la mismas subvenciones?. y ¿no son los mismo de escasos los que pelean por parcelas de libertad, igual que entonces?. Repito, cuando oigo al Sr. Zarrías, me parece escuchar al Utrera Molina de entonces.
Eso dijo Amigo Vallejo? No hubiera estado mal un hipervínculo.
Ah, otro de mis temas predilectos: las cajas. Si me lo permite el anfitrión de esta bitácora, me voy a explayar.
Parece mentira que semejante anacronismo financiero, inexistente mundo adelante, haya llegado hasta nosotros y que, asombrosamente, en pleno siglo XXI, ningún partido político ni casi medio de comunicación se atreva a cuestionarlo. Como disparate primorriverista, tenían un pase. En plan de broma sindico-vertical, se podían tolerar. Pero que, ya en democracia, se siga conservando esta rémora mercantilista de tintes gremiales, este potente factor de mangoneo político en el panorama económico, me parece alucinante.
En su momento, las cajas nacieron no de la visión de ningún un planificador central, sino de la libre iniciativa individual: como fundaciones privadas (de carácter católico, en su mayoría) destinadas a atender las necesidades financieras de un tipo de cliente al cual no se dirigían los bancos. Lo que pasa es que, como toda actividad en la que mete sus feas narices el estado, pronto dicha función se vio desnaturalizada, convirtiéndose en meros tentáculos del poder político para inmiscuirse en la economía. Además, andando el tiempo, nos encontramos con que el sentido fundacional de las cajas ha desaparecido por cuanto hoy por hoy bancos y cajas compiten en un mismo mercado. Lo que, por supuesto, no ha desaparecido ha sido la tentación del político por controlar la actividad económica.
Actualmente, las cajas son instituciones financieras que se dedican a expandir la masa monetaria, no siguiendo criterios estrictamente económicos, sino buscando satisfacer el hambre de control político de sus amos. Y si en cualquier actividad ya es peligroso para la correcta asignación de recursos, distorsionador para la competencia y nefasto para la eficiencia el que las decisiones económicas las adopten los políticos, en el sector financiero esa peligrosidad es mucho mayor. Ahora mismo, en España, las cajas son en buena parte responsables de la alegría crediticia en que estamos embarcados, y que ha de traernos consecuencias terribles. A través de las cajas españolas se está canalizando actualmente un volumen ingente del ahorro de los europeos (de fondos de pensiones y tal) que, además, en cuanto Alemania levante cabeza, y visto como se está poniendo el panorama para la inversión extranjera en España , va a volar bien pronto. Además, a través de las cajas se está inyectando constantemente dinero en todo tipo de chiringuitos, empresas públicas, semipúblicas, criptopúblicas y medio-pensionistas, lo que significa que esos recursos no están yendo a financiar a quienes realmente satisfacen las necesidades más urgentemente sentidas por los consumidores (empresas eficientes) sino al agujero negro de las clientelas políticas. O sea, que la existencia de las cajas es también letal para la competitividad. Las cajas usan el dinero de los privados para gripar la economía a base de decisiones irresponsables.
Pero es que la propia figura jurídica de las cajas favorece esa irresponsabilidad. Al desconocer la propiedad privada, las cajas ni tienen accionistas ante los que responder ni son opables por individuos o empresas capaces de darle una mejor utilización a sus recursos. Las cajas pueden comprar bancos y otras empresas. En cambio, a ellas no pueden comprarlas, y encima ahora se dedican a comprar empresas, como Gas Natural, en lo que en la práctica supone una re-nacionalización de sectores privatizados, que da a los políticos la posibilidad de, por lo bajini, sin transparencia y sin tener que rendir cuentas, fabricarse sus propios polanquitos energéticos y en ese plan. El resultado de estas aventuras de intervención en el resto de la economía por parte de bancos controlados por políticos ya tuvimos ocasión de comprobarlo durante los noventa, en la crisis de los dragones asiáticos.
En cuanto al cuento de la tan cacareada obra social, que continuamente esgrimen el lobby formado por políticos, directivos de cajas y sindicatos (estos últimos tienen ahí –como entre los funcionarios- un buen filón de privilegios que defender), hay que decir, no sólo que cada día es menor, sino que además se trata en su mayor parte de actividades sedicentemente culturales –la cultureta progre y progrerrancia de los políticos y sus titiriteros afines, ya saben- indistinguibles de meras actividades de marketing, mediante las cuales se fomentan aquellos valores que les da la gana a los políticos, con lo que al control económico se añade el social. ¿Han visto ustedes alguna vez una caja que transmita mensajes que no sean asquerosamente hostiles al libre mercado, al capitalismo, al afán de lucro, a la ambición individual y a cualquier cosa que pueda hacer a la gente independiente del gobierno? Además, esa obra social es equivalente a la labor que ya realizan las fundaciones privadas, como por ejemplo la Pedro Barrié de la Maza , propietaria del 45 por ciento del Banco Pastor que, a diferencia de las cajas, y por la cuenta que les trae, sin duda sabrá estar más atenta al mundo real que al Matrix político habitual.
Del tufo a democracia orgánica de esos fantasmagóricos consejos de administración de las cajas, en los que, junto a los políticos, se sientan unos sedicentes representantes de los consumidores, de los trabajadores y de los empresarios (es de traca que unas organizaciones involuntariamente pagadas por el contribuyente encima pretendan arrogarse una representatividad que no tienen, porque esta gente a lo más que pueden representar es a aquellas personas que voluntariamente les pagan una cuota, y a nadie más), baste decir que en ellos se echa de menos el tercio de Africa. Vamos, que cada vez que Javier Arenas o quien sea me quiere vender a mí la milonga de la independencia de las cajas, me entra una risa floja que pa qué.
Hombre, el caso de las cajas en Andalucía es ya verdaderamente obsceno, con cargos que se van ocupando para dar salida a los cesantes del PSOE en los ayuntamientos y diputaciones, o para arreglar sus batallas internas de clanes. Pero, vamos, que ya estamos viendo que los otros tampoco le hacen ascos a esto de tener un aliviadero para sus liberados. En cuanto a los supuestos mártires de la independencia al frente de las cajas –que para entrar bien que llevaron el carné entre los dientes sin escandalizarse-, ya me dirán a mí si hubiesen estado tan briosos de no haber sido porque peligraba el sillón. No, ni las cajas en Andalucía han servido nunca para otra cosa que para cimentar el régimen ni, por definición, mientras no tengan accionistas privados, pueden valer para otra cosa en el futuro.
Y encima, a raíz de la fusión de las cajas sevillanas, tenemos que oír sandeces provincianas y criptonacionalistas del tipo de qué bien porque ahora las empresas del terruño tendrán un colchón económico local. Valiente estupidez. Lo que les faltaba a tantos perezosos e ineficientes empresarios sevillanos –los del turismo dicen que llevan treinta años organizándose para el mismo modelo de cliente, con lo que ha llovido en esos treinta años- es tener también, aparte de subvenciones acá y allá, más paternalismo gubernamental. Vamos, meritos cazadores de rentas que se los van a comer con papas los competidores de cualquier otro lado. Más les valdría espabilar y preocuparse por esto y en vez de tanto correr a esconderse detrás de las faldas los políticos y tanto mendigar.
Básicamente, para lo único para lo que de verdad valen las cajas es para saber cuándo una inversión no es rentable. Yo, por ejemplo, cuando me entero de que una empresa tiene el apoyo de una caja, enseguida entiendo que esa empresa tiene que ser poco fiable, porque si no, hubiera encontrado un banco privado que la respaldara.
En fin, que no existe justificación alguna para que continúe la singularidad jurídica de las cajas –que es indiferente si son una, dos o tres, porque el problema de fondo es el mismo-, sino que deberían privatizarse y convertirse en sociedades anónimas. Dejar las cajas de ahorros tal cual están ahora es defender abiertamente los intereses partidistas de los políticos en detrimento de la gente, mientras que su privatización significaría que dependieran del grado de satisfacción que el consumidor financiero deposita en ellas y que sus inversiones estuvieran conectadas con la economía real. Además, les permitiríamos conseguir una financiación y gestión más transparente a través de accionistas privados, cotizando en la bolsa de valores. Eso sí, los partidos políticos, y las empresas de sus amigotes lo iban a tener más difícil para conseguir que les condonaran créditos y les hicieran todo tipo de favores contrarios a la libre competencia, a la Ley con mayúsculas (y a veces también con minúsculas) y, en general, a la racionalidad económica.
Recarte, tentándose demasiado la ropa y con demasiadas contemplaciones para mi gusto, intenta avisar del mismo peligro aquí . Me pregunto hasta cuándo tendremos que estar clamando en el desierto los liberales.
Dios Santo Mónica, lo tuyo es amor y dedicación...
A mí simplemente me han echado a temblar las declaraciones de Griñán sobre Cajasur.La experiencia dice que el socialismo nunca halaga nada que no le favorezca. Malo...
Amigo Caraballo:¡Con la Iglesia y el PSOE hemos topado!.TESIS: La COPE de la Iglesia y su furibundo locutor se rasgan las vestiduras por las barbaridades morales del socialismo y el desastre al que nos lleva...mientras que se traciona el frente antiLOE y se pacta con el gobierno de Zapatero una ley que garantiza y aumenta los conciertos educativos.En Andalucía se multiplican los conciertos con la enseñanza concertada. ANTITESIS: El gobierno socialista y sus adláteres mediáticos, que son legión, profesan y difunden la laicidad y fustigan a la Iglesia Católica, facha y retrógrada,...mientras que hay tortas en el PSOE por figurar en las procesiones de la Semana Santa. En Andalucía los hijos de los altos cargos de la Junta y diputados del PSOE estudian en colegios de curas.
SINTESIS:la pela es la pela. Todo es un juego de poder e hipocresías. Ya lo dijo FG: la misma mierda.
Dos acotaciones:
1. Al usuario anónimo: FG dijo lo de la misma mierda refiriéndose a Aznar y a Anguita. Hay una gran diferencia entre lo que utilizó FG y lo que mencionas.
2. A Mónica: Muy clarificador tu análisis. Para fortalecerlo permíteme contar una anécdota que me ha pasado hoy. Tengo mi cuenta en El Monte (Caja de Ahorros de Sevilla y Huelva) y he recogido esta mañana una "propaganda" de la sucursal a la que suelo ir, se autotitula "Contigo, Boletín Informativo de la Fundación El Monte", Núm. 01/Diciembre 2006. En la primera página cuenta que le ha dado la Universidad de Sevilla un premio a Ángel M. López, Presidente de la Fundación El Monte, si se va a la página 7 aparece el citado Presidente con el Rector de la Universidad de Sevilla firmando un convenio para la concesión de Becas de Investigación. ¿Cuanto valen los premios de la Universidad de Sevilla?.
Lo de cajasur es la continuación de la película El Padrino III pero en la realidad.
Podeis verlo en la siguiente página web:
http://www.cordobainformacion.com/info.php?codigo=9377
Lo de Cajasur clama al Cielo (nunca mejor dicho). Pero la culpa la tienen esos políticos fascistas disfrazados de demócratas, como Rosa Aguilar y los del PSOE, que se han vendido a la Iglesia POR DINERO.
ESTO ES DE PELÍCULA LOS CURAS, LOS COMUNISTAS Y EL MALAYO (SANDOKAN). TODOS SE LA REPARTEN CALENTITO.
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