Presidente
Igual que los asesinos siempre vuelven al lugar del crimen, los dirigentes políticos siempre regresan a un escándalo que teníamos olvidado. Para repetirlo, para completarlo, para saciar el ego infinito de la soberbia. Hubo en la Andalucía de mediados de los años ochenta un escándalo político monumental que se conoció como ‘edificio presidente’. La Junta, que en aquellos primeros años de autonomía ya era un cuerpo administrativo enfermo de elefantiasis, se planteó la reubicación en un edificio propio de la mayor parte de sus consejerías.
En contra de toda lógica, en vez de utilizar una parcela de terreno público y planificar allí la construcción progresiva de cuantos edificios administrativos hicieran falta, lo que decidió el Gobierno de Rodríguez de la Borbolla, entonces presidente, fue comprarle a un empresario granadino, Nicolás Osuna, la estructura de un edificio que éste estaba construyendo en Sevilla, el ’edificio presidente’.
Sólo por la estructura, la Junta pagó alrededor de dos mil millones de pesetas de aquella época. El escándalo fue mayúsculo. En poco tiempo, la oposición se hizo con un informe del Colegio de Tasadores que cifraba el coste de aquella estructura en 1.200 millones. Los consejeros de entonces, genio y figura, desacreditaron el informe porque el colegio aquel utilizaba aún un escudo franquista en sus membretes oficiales, pero la operación estaba ya tocada de muerte. Borbolla acabó renunciando, cuando la operación ya estaba acosada por irregularidades técnicas (como la altura de los pisos) y sospechas políticas (¿iba a cobrar el PSOE una comisión de 800 millones?). Osuna, sin embargo, fue recompensado ampliamente, se hizo con algunas parcelas públicas y pudo devolver cómodamente, en varios años y sin interés, el dinero que ya había cobrado.
Veinte años después, la necesidad imperiosa de construir en Sevilla unas nuevas instalaciones judiciales ha llevado a la Junta a repetir aquel escándalo. Después de casi diez años prometiendo ampulosamente la construcción de una ‘Ciudad de la Justicia’, la Junta ha decidido alquilarle a Nicolás Osuna un edificio que éste ni siquiera ha empezado a construir. Como es un empresario, interés privado, construirá de inmediato el edificio, que es lo que la Junta, interés público, se muestra incapaz de hacer. El alquiler ya estipulado será de tres millones de euros al año. La estancia allí de los juzgados no será nunca inferior a los diez años, con lo que Osuna se garantiza unos ingresos de cinco mil millones de pesetas, por seguir utilizando la moneda de aquel pelotazo de los 80.
¿Existe una prueba mayor de la ineficacia, la inutilidad y el despilfarro de esta autonomía? De aquel escándalo, lo que siempre se prestó a confusión fue el nombre del inmueble. ¿Por qué edificio presidente? Y no era ni por Borbolla ni por Carrero Blanco, que tiene una avenida cercana. Todo era mucho más ramplón: La publicidad de la inmobiliaria decía, “viva como un presidente en pisos de alto standing”. Qué cruel alegoría de la política andaluza.
3 Comments:
Hombre, perocojo, yo alguna vez te puedo aceptar algún dato. Pero da la casualidad de que los que aquí cuenta Javier se parecen bastante a los que están publicados hace tiempo en un libro, Dinero Sucio, de Melchor Miralles, al que todavía no le han podido poner un pero. Espías sí que les pusieron, todos los del mundo, a costa del contribuyente. Pero peros, ni uno. Las comisiones y todo aquello de la corrupción socialista generalizada va a misa. Y eso es lo que os fastidia.
Y, fíjate, ya que hablamos de Borbolla, yo entonces era muy cría, pero me han contado –gente muy cercana a mí, y que lo sufrió de cerca- cómo hicieron aquello del traspaso de las competencias de Medio Ambiente. ¿Por qué se creen ustedes que yo desde siempre he pensado que el poder cuanto más lejos y más atadito mejor?
Antes de aquello, desde los primeros ochenta, empezaba a despuntar un sector de pequeñas auditoras medioambientales independientes en Andalucía. Gente que sabía que en su negocio lo primero que tenían que vender era solvencia profesional, confianza (la confianza es la base de los intercambios voluntarios entre las personas en un mercado libre incontaminado). Bueno, a lo que iba. Pues fue trincar las competencias de la cosa, y lo primero que hizo Borbolla fue coger a una de esas empresas, una de un familiar suyo (a quien me lo cuenta le baila el dato, pero cree que era un Camoyán) y convertirla en empresa pública. Así nace EGMASA, ese gran cáncer, con metástasis constantes, fuera de cualquier control, dedicado a hacerle competencia desleal a los privados y a mangonearlos, y del que yo no dejaría ni los felpudos de la entrada.
A partir de que nace EGMASA, se dedican a demostrarle al personal quien manda. A distinguir entre malos y buenos. Una subvención por aquí, una concesión pública por allá. Y a los que no son de su cuerda o no se doblegan, la Consejería venga a ponerles trabas y a rechazarles informes sin que se sepa porqué. De esa forma van ahormando a la gente, sembrando el miedo y las connivencias, expulsando del sector a los que no les interesan.
Y es que esto de las auditoras es muy goloso para el que manda. Eso de que vayan por libre ... Por ejemplo, mi fuente había visto lo de Boliden poco antes del desastre y tenía bien claro que aquello tenía que pasar. Pero quien lo certificó, con el sellito de la Junta, le dio el nihil obstat. Claro.
Ahí empieza el régimen, perocojo. Así se va construyendo la tela de araña, desde los tiempos de Borbolla. Así que menos ventilador, que aquí nos vamos conociendo todos.
Y en cuanto a los Borbolla ¿por qué no hablamos de los créditos fallidos de la Caja de Ronda? ¿O eso ya no os interesa?
Y ya por completar. ¿Quieren transparencia y limpieza? Pues desháganse de tanta regulación inútil, eliminen tanto chiringuito burocrático, tanto filtro público, y dejen de una vez actuar al capitalismo, que ya tiene sus propios mecanismospara purgarse de corruptos.
Manda Huevos, ahora resulta que la culpa del edificio presidente la tuvo Arenas. ¿Cómo no habíamos caído que era así, estúpidos de nosotros? Y supongo que porque Aznar en 1986 no era conocido, porqwue sino ta´mbien estaba claro, la culpa de de la foto de las Azores. PEROCOJO lo que yo digo es que ya que estas tan bien informado a ver si nos aclaras tu cuánto cobró de comision el PSOE en aquel pelotazo de Osuna.
El probe Miguel.
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