El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

16 noviembre 2006

Milonga


Lo que le falta a Marbella es Carlos Cano. Para cantarle unas habaneras que le componga Antonio Burgos, con la mangoleta del Cachuli, la panoja de la Pantoja y la perilla de González de Caldas, con la corbata azul de seda entremetida en el pantalón. Y un preso mellado que se ríe, sentado en un pretil, por haber salido en ‘el televisor’ hablando de los pijos de la Malaya, unos pringaos y unos llorones, que se rajan en la prisión.

Un compás de dos por cuatro con el ritmo de los pasos que va cubriendo por la acera Isabel García Marcos, cada mañana, camino de un trabajo al que nunca pensó volver. Y una estrofa dedicada a Manolo Chaves, como aquel «cataflota, verigüé», y a Gaspar Zarrías, el coronel que un día mandó parar en Canal Sur para que nadie se metiera ni con Muñoz ni con la Pantoja. Ahora lo persiguen los de las revistas. «¿Qué pasó en aquella reunión en San Telmo?» Ay, Gaspar, cerebro del magma autonómico, ten cuidado, que puede llegar el día en el que te veas, también tú, con gafas de sol y paso ligero, perseguido por los aeropuertos por esa marabunta de paparazzis.

Nos hace falta otro «Cuaderno de Coplas», como aquel que reunió hace veintiún años a Carlos Cano, Antonio Burgos y a Gonzalo García Pelayo, porque las noticias se olvidan rápido, palidecen, porque al periódico de ayer ya no le queda ni el romántico destino de envolver el pescado de mañana. Sólo quedan hojas de periódicos deshilachadas, dando tumbos por las aceras arrastradas por este viento de otoño, o engordando la panza azul de los contenedores de reciclaje. Las noticias recicladas, como si nada hubiera pasado.

Las noticias se olvidan, sí, y sólo las puede rescatar una canción como aquella. Una copla que inmortalice a los caballos famélicos y a la tigresa de Roca, la pobre Melodi, con nombre de puta de lujo vestida de pieles, también encarcelada. Y Maite Zaldívar, la que nunca sacaba las bolsas de basura porque en su casa estaban llenas de parné. Una tropa entera de concejales, empresarios, promotores, funcionarios y abogados llenaría la canción, un desfile de detenidos que mira al cielo desde el patio de la cárcel invocando al patrón, que supo irse a tiempo al otro barrio. Y desde allí lo mira todo, con la guayabera desabrochada, riéndose a carcajadas, desde un balcón.
Si La Habana es Cádiz con más negritos y Cádiz, La Habana con más salero, qué puede ser Marbella. Dónde está la rima y el parangón. Cádiz tuvo su Habanera y ahora nos hace falta otra canción para Marbella. Propongo una Milonga. La Habanera era de Cádiz porque tenía sabor de sal marina y de melaza, pero quizá a Marbella le venga mejor una Milonga, que es un ritmo con un nombre de origen africano que significa lío, problema y enredo. Dicen que la Milonga es hermana de la Habanera. «La Habanera de los pobres», así la llaman. Y eso es lo que le falta a Marbella. En el vacío que nos dejó Carlos Cano, que es un pozo hondo que guarda su eco, ya se empieza a escuchar el son.

5 Comments:

At 16 noviembre, 2006 16:50, Anonymous Anónimo said...

¿Cádiz es La Habana con más negritos? No creo, me parece que te has liado con el estribillo de la habanera.

 
At 16 noviembre, 2006 18:20, Blogger Javier Caraballo said...

Ah, ja, ja, perdón, no me había dado cuenta. Tienes razón. Ocurre que, al principio, puse el estribillo entero y luego, cuando tuve de recortarlo por problemas de espacio en el periódico, quedó este engendro. En fin, lo arreglo ahora mismo. Gracias Panduro por avisar.

 
At 16 noviembre, 2006 18:33, Anonymous Anónimo said...

A mí todo esto de Marbella la verdad es que me trae un poco al fresco. Ojalá que me equivoque pero, mientras la riada no llegue al nudo gordiano, al meollo del cogollo del cuadrumano Zarrías y compañía, no puedo dejar de pensar que se trata de pura farfolla. Producciones Rubalcaba para distraer a la gente y evitar que se den cuenta de que, más al norte, sólo la heroica resistencia de lo que queda del Poder Judicial está impidiendo por ahora la rendición ante la ETA. O retrasándola hasta que toque renovar el CGPJ.

Y en cuanto a lo del urbanismo, te digo lo de siempre: mientras lo que vale un terreno siga dependiendo del lápiz de un funcionario o de un político, seguirá habiendo corrupción. Y la corrupción al final la paga la gente en el precio de los pisos.

 
At 16 noviembre, 2006 23:07, Anonymous Anónimo said...

Sí, kaos, te acepto la corrección. Los manueles marchenas, los que hacen los pegous, no son funcionarios sino paniaguados de lujo. Dejémoslo en políticos.

Respecto a los funcionarios, yo no he generalizado y creo que Javier tampoco. De todas formas, puede que la mayoría de los funcionarios sean probos. Pero acuérdate de aquel José María del Estad, arquitecto de la Junta, que peritó el Edificio Presidente. El problema es siempre de poder, de atribuciones y de alcance de esas atribuciones. La naturaleza humana es como es.

 
At 12 mayo, 2022 08:41, Blogger Darren Demers said...

Lo que le falta a Marbella es Carlos Cano. Para cantarle unas habaneras que le componga Antonio Burgos, con la mangoleta del Cachuli, la panoja de la Pantoja y la perilla de González de Caldas, con la corbata azul de seda entremetida en el pantalón. Y un preso mellado que se ríe, sentado en un pretil, por haber salido en ‘el televisor’ hablando de los pijos de la Malaya, unos pringaos y unos llorones, que se rajan en la prisión.
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