El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

14 marzo 2006

Siempre


La luz de marzo tiene una claridad que la distingue de otros meses del año. Quizá siempre ha sido así, es verdad, pero él no reparó en ese detalle, hasta entonces insignificante, hasta la mañana del catorce de marzo de 2004, cuando se levantó a primera hora para ir a votar. Fue un gesto instintivo, miró al cielo para respirar hondo y se fijó en el color de aquella mañana soleada. La luz de marzo, cuando amanece, tiene la piel fría como un torrente de agua azul que se precipitara del deshielo. Allí parado, en el portal de su casa, respiró hondo mirando al cielo. Inhaló el aire fresco, adrenalina celeste, y por un instante pensó que había motivos para ser optimistas.

Qué distinto aquel amanecer silencioso de la tensión y el miedo de la noche anterior, cuando, camino de su casa, se tropezó con grupos de agitadores que lanzaban piedras contra la sede del Partido Popular. Qué distinto de las tertulias incendiadas de los días anteriores, que los jaleaban. “Queremos saber la verdad”. “Asesinos, asesinos”.

La sangre de casi doscientos muertos se esparcía aún sobre los andenes de Atocha y España seguía su curso normal para las elecciones generales y andaluzas. Como si nada hubiera pasado, como si el intento de transmitir normalidad en aquellas horas no escondiera los bajos instintos de la rentabilidad electoral. La monstruosidad de ese cálculo frío, que todavía pervive, sobre la repercusión en las urnas del peor de los atentados. Muertos alineados, tapados con plásticos amarillos; el empujón que les faltaba a unos para gobernar, el golpe que les faltaba a otros para perder.

Por eso, aquel día, cuando se agotó la fila de su colegio electoral y se colocó ante la urna, decidió no participar del esperpento. No quiso aparentar normalidad. Quiso recobrar la lucidez cívica frente a la inconsciencia colectiva que no distinguía, bajo un manto de falsa calma, que en el fondo de cada voto anidaba el odio y la venganza; el miedo y el engaño.

Cuando dieron en la tele los resultados electorales, nada le importaba. Qué sentido tenían ya las lágrimas y las sonrisas, las explicaciones y las disculpas. Cómo creerse ahora las llamadas a la calma, los elogios a la serenidad del pueblo.

“Aquel día sacamos lo peor de nosotros mismos”, se ha dicho después. Han pasado dos años y se repite que las heridas de aquellos días siguen abiertas. “Merecemos una España mejor”, rezaba el lema de la campaña socialista. No ha sido así, ya ven, porque eso ya no dependía del nuevo gobierno. No ha sido así, ya ven, porque la consecuencia de aquellos días de infamia y de terror nunca debió ser una trifulca electoral.

¿Cómo se consuela un pueblo de sí mismo? La luz de marzo tiene una claridad que la distingue. Como aquel catorce de marzo de 2004. “Hoy es siempre todavía”. Lo escribió Machado. Para no olvidar.

6 Comments:

At 14 marzo, 2006 10:03, Anonymous Anónimo said...

Estimado Caraballo:

De nuevo chapó. A mí me pasó lo mismo que a tu hombre.

Saludos.

 
At 14 marzo, 2006 23:03, Anonymous Anónimo said...

Simplemente seguí aquel dia las indicaciones de Zapatero: no cambiar el sentido de mi voto. Y no estoy arrepentido.

Tenia cuentas pendientes con Aznar: su prepontencia; el hacer de España coartada en la ONU para una barbaridad histórica en contra del pais, de la razón y de la tradición diplomática española; su olor a nafatlina conservadora que apenas podian disimular sus más directos colaboradores,...

Pero votar Psoe era votar Maragall. Lo otro podia modificarse. Lo de Maragall va a ser más dificil. El daño que está haciendo el Psoe es incalculable. Y era previsible. Por eso preferí al PP. Aunque fuera a votar con las narices tapadas.

 
At 15 marzo, 2006 11:57, Anonymous Anónimo said...

Estimado anónimo:

Tampoco sé si eres el mismo del otro día o no.

Tu comentario es sincero y se agradece. Hiciste lo que tenías que hacer porque así lo creías y eso es lo importante. Te ampara la democracia, que es lo más importante que tenemos y por lo que hay que luchar constantemente y siempre. A veces las fidelidades son perjudiciales, pero eso lo decide cada uno y los ciudadanos podemos recompensar o castigar a nuestros políticos. Es lo que nos hace libre.

Saludos cordiales.

 
At 15 marzo, 2006 20:19, Anonymous Anónimo said...

Muchos de los comentarios que se realizan aquí carecen de sentido porque parten de una hipótesis no demostrada: que el PSOE ganó las eleccion es gracias al atentado. Nadie tiene en cuenta el enorme deterioro de Mariano Rajoy durante la campaña electoral, cuestionado incluso por los suyos, y la antipatia que generaba Jose maria Aznar por sus abrazos de las Azores en contra de millones de personas manifestándose. Los dirigentes mas moderados del PP, como Pimentel, Rato o Piqué, ya lo habpian advertido y el sector mas duro de la derecha española acabó imponiendose. Por eso perdio las elecciones el PP, señores de la derecha. No sigan creando fantasmas, que van a terminar por aparecerse en vuestras propias pesadillas electorales. El brutal atentado lo que provoco es que fuera mas gente a votar de la usual y, acaso, por eso se hundio un poco mas el PP, pero yo creo que hubiera perdido de todas formas.

Atentamente,


Honorato.

 
At 15 marzo, 2006 20:24, Anonymous Anónimo said...

¡que rancio lo de "señores de la derecha"! estimado compañero de la izquierda, deberías proponerlo en el canal de paco robles

 
At 16 marzo, 2006 10:55, Anonymous Anónimo said...

Querido Honorato:

Estoy de acuerdo contigo en la mayoría de las cosas que expones.
Pero vuelvo a repetir que las fidelidades políticas a veces perjudican, pero eso es un análisis personal al que debe llega cada uno y los demás sólo podemos respetar. Lo importante es tener libertad para decidir.

saludos

 

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