El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

07 marzo 2006

Complejos


«Sin complejos», que parece el título de una peli de Clint Eastwood, son las dos palabras más repetidas por el Partido Popular desde su nacimiento. Desde que Aznar refundó en Sevilla la vetusta Alianza Popular hasta la actualidad, que ha logrado la simbólica unificación de CDS de Adolfo Suárez, no ha pasado congreso, jornadas o convención en la que algún dirigente popular se haya dirigido a los asistentes para pedirles que defiendan sus ideas «sin complejos». No falla. Como este fin de semana en la Convención de Madrid.

Esta reiteración, verán ustedes, tiene mucho que explicarnos de los problemas del centro derecha, que es una definición mucho más ajustada al PP_que esa otra del ‘centro reformista’, más eufemística. Eso de repetir «sin complejos» es muy elocuente, por ejemplo, porque nadie imagina al PSOE aprobando idearios en sus congresos para decirnos que es un partido socialista. O al PCE, entre otras cosas porque ya llevan la etiqueta en el nombre. En el PP no ocurre así porque este partido es como el paciente que, por consejo de su psicólogo, tiene como terapia diaria mirarse todas las mañanas al espejo y decirse en voz alta quién es y qué quiere. Porque sabe que, cuando salga a la calle, lo van a mirar mal. Y necesita esa autodefensa.

Pero, ¿tiene el PP la culpa de su mala imagen ante una buena parte de la sociedad? Los dirigentes de este partido, sobre todo los más jóvenes, dirán, con razón, que la derecha arrastra sobre sus espaldas una de las más pesadas herencias psicológicas del franquismo. Como le ocurre a la bandera de España, mencionar aquí la derecha lleva implícita la imagen de Franco. El lastre es, por tanto, cierto y, de hecho, no ocurre así con la derecha en Francia, Inglaterra o Noruega, un poner.

Es cierto, igualmente, que la presión falaz de la enorme maquinaria mediática que tiene el PSOE a su disposición obra milagros tales como que un dirigente del PP que llame a Zapatero «bobo solemne» se convierte en un crispador fascista y tiembla España, mientras que si un dirigente socialista afirma que el PP es «mentiroso, vil, cobarde y de extrema derecha» no está haciendo más que poner puntos sobre las íes.

Vale, de acuerdo. Pero sentadas ambas razones exculpatorias, no es menos cierto que el PP contribuye a diario a asentar su mala imagen. El PP tiene razones para quejarse, sí, pero antes de pensar que lo que precisa es ofrecerse sin complejos, tendría que lograr que sea el personal el que los mire sin complejos. Y para mirar a la derecha sin complejos es necesario que al electorado de centro izquierda español, y sobre todo al andaluz, no le dé repelús la sola idea de votar a ese partido. Repulsión por el rancio catálogo de tabúes morales; rechazo por la tendencia aznariana de que todo sea blanco o negro, o conmigo o contra mí; aversión, en fin, por la propia estética de muchos, auténticos estereotipos del facherío.

3 Comments:

At 07 marzo, 2006 19:34, Anonymous Anónimo said...

Esta vez voy a ser yo el que felicite a Caraballo por el artículo en el que describe bien a la derecha de estetica facha que quiere pasar por normal. No digo yo que no exista la derecha democratica y razonable, lo que digo es que en España y sobre todo en muchos puebleos de Andalucia se les ve la patita facha por debajo de la puerta. En lo que no estoy de acuerdo es que este pèrsonal este acomplejado, porque normalmente van sacando pecho. En fin, para que quede clara mi posicion: Derecha democratica, sí; derecha facha, no.

Atentamente,

Honorato.

 
At 07 marzo, 2006 20:32, Anonymous Anónimo said...

La reflexion de Caraballo invita al comentario sobre la credibilidad del PP en Andalucia. Yo creo que en terminos muy generales, ni le sobra ni le falta. El voto del PSOE es un voto en su mayor parte cautivo por solidas razones economicas y desde luego de gente con poca preparacion por decirlo finamente: es el voto rural, "los burgos podridos" de los progres, que cuando son para el PSOE son de ciudadanos y cuando no son para ellos son el facherio del 36.
Alguien debiera hacer autocritica del porque en las grandes ciudades andaluzas, el voto municipal es para el PP.
De otra parte el PSOE actual, mantiene como Franco, el fantasma de la guerra civil y como Franco mantiene el odio y el miedo hacia el adversario politico. Antes eran los comunistas y ahora es la derecha.Pero el modo de hacer politica no ha cambiado.

 
At 08 marzo, 2006 11:58, Anonymous Anónimo said...

Una vez más estoy de acuerdo contigo, querido Honorato. Además, echaba de menos tu sensatez en este blog y la del columnista(que parece que la ha vuelto a recuperar políticamente hablando, claro). A casimiro le diría que no haga caso de los clichés porque si nos dejamos llevar por ellos tengo uno muy acertado. Un poné: cuando la izquierda roba es ladrona, cuando la derecha roba sólo hace gestiones. En fin... como le he dicho, Casimiro, clichés para todos los gustos.

Por cierto; Honorato no seas tan duro con la niña que riega...

Por mi parte, espero poder conocerte pronto.

Saludos a todos.

 

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