El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

27 febrero 2006

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Es muy probable que Zapatero le haya perdido el respeto a Andalucía. Cada vez que viene lo hace con la misma alegría que cuando firma con tiza en una bota de manzanilla de Sanlúcar de Barrameda. Invita la casa. Ya lo debimos advertir cuando, todavía siendo candidato a la Presidencia del Gobierno, dijo aquello memorable de que la Segunda Modernización de Chaves haría de Andalucía una tierra con “miles de Picassos y de Garcías Lorca”. Hace unos meses, Zapatero, ya presidente, volvió a pasarse de rosca y anunció en Cádiz que el objetivo de la Segunda Modernización ya estaba cumplido y que el nuevo proyecto socialista es la “Tercera Modernización” de Andalucía. Ayer, en Dos Hermanas, aseguró que todos sus compromisos ya están cumplidos o en fase de cumplimiento. Vamos camino de la Quinta Modernización. O más.

Esas cosas, en fin, sólo las dice el presidente Zapatero en Andalucía, porque habrá llegado a la conclusión de que, diga lo que diga, le van a hacer palmas.¿Modernizaciones? ¿Genios a miles? Lo único que se cuenta por aquí a miles es el personal que se pone en las colas del paro y los jóvenes de las listas del fracaso escolar. Por eso llevamos treinta años en el 75 por ciento de la renta per capita europea. Pero es igual. Como estos días en el Teatro Falla. Si en Cádiz, y en Carnaval, nadie protesta por los Astilleros o por Altadis, por la poca industria que quedaba en la Bahía, qué más da.

Que no, que Zapatero lo sabe y, por eso, escribe los discursos para sus mítines andaluces con la tiza con la que firma en los barriles de manzanilla de Sanlúcar, camino de Doñana. Sabe el presidente que ‘nopasanada’. Que diga lo que diga, “Andalucía es socialista”, como le gritaban ayer en Dos Hermanas.

El PSOE como etiqueta y Andalucía como marca. Sin calcular siquiera lo más elemental, que la seguridad en el mercado de la política, que se guía por las normas de la libre competencia, sólo provoca daños en el elector. Adam Smith, en versión política: “La mano invisible” de la democracia es la independencia y el espíritu crítico de los electores. Cuando no existe esa inquietud en los gobernantes, la democracia degenera en régimen.

Quizá siempre ha sido así, es verdad, y el único mérito de Zapatero es que, sin ser González, lo ha entendido nada más llegar. Por eso dijo ayer que su primera victoria se la dedicó a Felipe y la segunda se la dedicará a Chaves. Porque es como darle las gracias al granero.

Por cierto que lo de ayer del PSOE en Dos Hermanas era un acto con motivo del 28 de Febrero, Día de Andalucía. ¿Auto de afirmación andaluza? No, mitin de reafirmación del PSOE. Ya lo decían las crónicas de la agencia oficial: “Acto organizado por el PSOE con motivo de la celebración del Día de Andalucía. También intervino el presidente andaluz, Manuel Chaves”. Obsérvese: “También”. Pues eso. Somos complemento.