Ciudadanía
Lo comprobé hace poco. Una chica estudiaba malhumorada ‘Educación para la Ciudadanía’. Era tan visible su enfado que me acerqué a preguntar, pensando que se había tropezado con algún abuso ideológico, alguna imposición moral. A fin de cuentas, llevamos años conociendo los riesgos de una asignatura que, además de los valores constitucionales, se despeña en peligrosos absurdos para los adolescentes. Por ejemplo, que las personas no nacen con un sexo determinado, que el sexo «no define al hombre y a la mujer como tales, sino que es fruto de una determinada concepción cultural o de un accidente biológico». «La escuela –decían– debe huir de una simplificación en la definición de las identidades».
No sé si será un abuso, pero desde luego es un absurdo. Ese texto entrecomillado, además, lo anuló en una de las sentencias el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que ahora ha sido revolcado por el Tribunal Supremo. Lo cual, que cuando contemplé a aquella chica malhumorada con la asignatura, creí que estaba claro: «está ofendida porque ella sí sabe que lo que siente. Que lo que desea no es fruto de un ‘accidente biológico’, que su amor juvenil no es una ‘opción sexual relativa’, que su pasión no se debe a una ‘simplificación de identidades’». Nada molesta más en la adolescencia que alguien te considere un ser inmaduro. La adolescencia persigue la reafirmación, el reconocimiento; busca apoyos para superar la incertidumbre y pide prestadas las dosis de experiencia de las que carece. Y ahora, ¿cómo se atreve nadie a dudar de lo que sientes, de lo que eres?
Estaba claro. El malhumor de aquella chica que estudiaba ‘Educacion para la Ciudadanía’ no tenía otra explicación.
– «¿Cabreada? Pues claro, porque llevo dos horas rellenando un test en el que me preguntan con qué papel envuelvo el bocadillo o si utilizo los folios por las dos caras».
– «¡Bah!, Entonces, no entiendo el malhumor. Eso que te preguntan es fácil de responder... Te aprobarán», le contesté.
– «No entiendes nada. No es eso, el problema es que esta bobada de test me está quitando tiempo para estudiar Literatura...»
Desde aquel día, jamás he encontrado un análisis más certero que aquel sobre la polémica de ‘Educación para la Ciudadanía’. El problema mayor de esa asignatura no es que vaya a cambiar la tendencia sexual o el universo moral de nadie; la cuestión es que es una pérdida de tiempo. Y tiempo y preparación es de lo único que carece el sistema educativo español. Ayer, la ministra de Educación celebró la derrota de los objetores en los tribunales. «Deben confiar en el principio de eficacia del sistema educativo español», dijo.
La última Encuesta de Población Activa desvela la evidencia de que existe una relación directa entre el fracaso escolar y el paro: mientras el 20,45% de los trabajadores con educación primaria está en paro, entre los licenciados el desempleo afecta únicamente al 7,45%. Con la tasa de fracaso escolar más alta de Europa, a dónde vamos.
La mejor ciudadanía es la que conduce a una persona a la cultura, a la independencia, a la madurez. Educación para ser libres. Lo que preocupa de la polémica asignatura no es la moral, es la persistencia en un sistema de fracaso escolar. La pérdida de tiempo, es eso. Sí, sólo es eso. La mayor gravedad.
5 Comments:
Malditos sean que le quitan el tiempo a esa chica que quiere estudiar. Repito, malditos sean, ahora y siempre. Es el peor daño que se le puede hacer a un joven: quitarle el tiempo que necesita para aprender.
Si se proporcionara cultura y formación real a los estudiantes entonces tendrían la capacidad suficiente para ser buenos ciudadanos. Es absurdo tratar de enseñar educación para la ciudadanía a un ignorante, cuando eso lo tiene que aprender en el día a día con su familia y en su entorno, e ir modelándolo partiendo de sus conocimientos y su experiencia.
Una vez más, cortinas de humo y debates estériles. Un saludo.
No veo mal que el estado intervenga en la educacion, al menos si creemos en el estado. Es mas, esta asignatura es una obra postmoderna sublime, como las latas de tomate de Warhol o aun peor.
Malditos sean pues, loperainthenest, los padres que le compran la playstation, la wii o la nintendo ds a esa criaturita ideal...
¿Dónde está esa niña, Dios mío...? Ahora mismo hay que hacer un plan de protección como el del lince ibérico para que no se extinga...
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