El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

06 mayo 2008

Charlatán


Una de las formulaciones retóricas más elementales y trilladas es ésa tan utilizada en el refranero que, para definir un oficio o una condición, nos remite siempre, con alguna contradicción interna, a los dos tipos de personas que existen. No sé, como aquella genial de que "hay tres clases de hombres, los que saben contar y los que no". Pues utilizando ese mismo esquema, abundan las frases que definen a los políticos siempre entre los que saben mentir y los que no dicen la verdad, un poner. Sobre la mentira se ha construido a lo largo de la historia la reputación de los políticos. La segunda profesión más antigua del mundo, como decía Reagan. Tramposos, cínicos, embaucadores, mentirosos y traidores. George Bernard Shaw acuñó una frase más redonda, «la política es el paraíso de los charlatanes».

Mentiras en el discurso ordinario y en las grandes citas; mentiras de ocasión y mentiras persistentes. Las mentiras en política nunca son piadosas. Se tiene memoria de la política como el arte del engaño y será porque España, y Andalucía, es una cuna de tres mil años que hoy podemos contemplar a nuestra clase política con el orgullo de que la mentira es una gimnasia mental. Como un ejercicio preparatorio para la profesión, digamos. En la política española, por ejemplo, el cinismo no es sino un mecanismo refinado de la mentira. A diferencia de otros lugares, el mentiroso aquí no tiene por qué sentirse avergonzado, reconocer los hechos y adelantar su dimisión. Aquí, con un gesto serio de contrariedad, el mentiroso será quien exija disculpas a los demás.

Mentiras diferidas, multiplicadas, arrastradas por el viento como las motas invisibles del polvo. Sólo hay que repasar cualquier día las hojas de un periódico para comprobarlo. Ahora, la ex ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, le ha pedido a su compañero Martin Soler, baranda del PSOE almeriense y consejero de Chaves, que le aclare «si mentía antes o ahora» al hablar de la polémica del agua. Lo que no se entiende es porqué no le pide lo mismo al jefe de Martín Soler, porque también Chaves ha mantenido sobre los trasvases una posición y la contraria. Ni uno ni otro van a aclarar nunca nada porque la mentira no es pecado sino mérito, astucia de charlatán. ¿Cuándo miente, antes o ahora? Pero Narbona sabe que se miente siempre, por eso su pregunta se queda en el aire y ni siquiera le responden.

«Las sociedades actuales parecen extrañamente inermes frente a este fenómeno, cuya gravedad es excepcional. El uso sistemático, organizado y frío de la mentira es el factor capital de corrupción de las sociedades actuales», dejó dicho Julián Marías. Mentir y dejarse mentir. Maquiavelo ya aconsejaba a los príncipes el engaño: «Los hombres son tan crédulos y tan sumisos a las necesidades del momento, que el que engaña encontrará siempre quien se deje engañar». Con ese panorama, también podemos volver al principio: «Hay dos clases de ciudadanos...»

Etiquetas: ,

4 Comments:

At 06 mayo, 2008 13:12, Blogger Panduro said...

«Hay dos clases de ciudadanos...»

¿...los engañados y los que se dejan engañar?

 
At 06 mayo, 2008 20:19, Blogger arquitectomirobenito said...

...o los que trincan y los que no...

 
At 06 mayo, 2008 21:53, Blogger Pasión said...

El problema está en los líderes. Estos son los que pueden conducir a sus pueblos por caminos buenos o malos. Por tanto lo que es verdad es bueno, no como dice la canción de Serrat, que la verdad no tiene remedio. En las democracias modernas no hay líderes capaces de saber que es lo que de verdad quiere el pueblo. España es un país narcotizado, nos bombardean diariamente con mentiras sin el menor rubor, ni vergüenza. Aquí nadie dimite porque se creen con "derecho al puesto". Las gentes necesitamos identificarnos con alguien y seguirlo, ¿a quién?.

 
At 06 mayo, 2008 22:22, Blogger Iñigo Azcorra said...

Existen numerosos medios potenciales activados por individuos por la que un politico tendria presion y reprovacion por una hipotetica actitud mezquina: El chofer, la mujer los amigos, el del bar, el del periodico, ect podrian decirle un par de cosas (no se le supone un despota como para que esto no sea asi). Si no existe reprovacion el politico tendra mas cuerda y puede que tire al monte. Es por ello que la democracia exige de una capacidad para el control de la actividad politica, y de una prensa libre y no facciosa. Ya que la prensa facciosa pretende favorecer a su faccion y no busca necesariamente reprovacion a actividades mezquinas.

Saludos

 

Publicar un comentario

<< Home