El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

01 mayo 2008

Ninot


El PSOE ha decidido indultar a Rafael Centeno de su condena al ostracismo por aquella farsa del diputado xenófobo. Lo cual, que a Centeno podemos verlo estos días como el ninot indultat de las fallas de Valencia, el muñecote que se libra de las llamas. Todo aquello se montó, se construyó una infamia de cartón piedra, se calentaron los ánimos y se desbordaron los odios. Todo aquello se inflamó de ira y al final explotó. Ahora reaparece Rafael Centeno como el nitot indultat y lo que nadie debería olvidar es que aquella fue la historia de una infamia.

Aquello, vamos a ver, es el capítulo de corrupción moral más flagrante que ha dado la democracia andaluza. Antes incluso que la presunción de inocencia, lo que se espera de un Estado de Derecho es que la conciencia democrática de los ciudadanos y, sobre todo, de sus representantes haga imposible la pesadilla kafkiana de un proceso implacable contra una persona por un delito que ni siquiera conoce. Y con Matías Conde, el diputado del Partido Popular al que se quiso linchar, ocurrió justamente eso, que una mañana se despertó y vio su nombre escrito en algunos periódicos con la acusación de ser un diputado xenófobo. A partir de esa denuncia anónima, un torbellino de miradas, desprecios y acusaciones.

Incendiaban su entorno, idearon un cerco de fuego esperando que el inocente se clavara el aguijón como un idiota. Que nadie puede soportar que se le claven todas las miradas en la espalda y que lo envuelvan los murmullos y las risas cuando camina. Y a punto estuvieron de lograrlo, que yo pude ver a Matías Conde aquellos días seguro de que nada había dicho y dispuesto a confesar lo contrario para acabar con la pesadilla. “Los moros que se vayan a Marruecos, que es donde tienen que estar”. Lo acusaban de haberlo dicho. No lo dijo nunca, pero todo el PSOE, con toda su maquinaria a pleno gas, lo señalaba con el dedo. No lo dijo nunca, pero estaba dispuesto a confesar el exabrupto. “Expulsión inmediata por higiene democrática”, clamaba el PSOE. ¿Se imaginan estar durante dos semanas en la diana? ¿Se imaginan la presión? ¿Y qué nombre tienen estos métodos?

El resultado inesperado fue que, al final, quien explotó no fue Matías Conde sino un diputado socialista, Rafael Centeno. Entre lágrimas, confesó ser el autor de aquella frase, “una maldita broma que no pienso ni siento”. Con la mayor naturalidad, el portavoz socialista de entonces, José Caballos, esbozó una sonrisa y reconoció la trampa. “Penalti y expulsión”, dijo, y condenaron a Centeno al ostracismo del que ahora ha sido indultado. Era una broma, es verdad, y es probable que Centeno, como dicen sus amigos, sólo sea una víctima más. El ninot indultat. Y está muy bien, pero queda el fondo, la infamia. Los cerebros de esa trama que tuvo a José Caballos de muñidor, a Manuel Chaves como consentidor y a muchos otros, decenas de indeseables y pelotas, de aventadores entusiasmados de la hoguera. Jamás han pedido perdón.

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2 Comments:

At 02 mayo, 2008 00:50, Blogger Pasión said...

Pobre hombre. He sufrido esos ataques, con puñaladas traperas y por supuesto por la espalda. En su pecado van a llevar la Penitencia.

En el Barrio donde vivo todas las dianas vienen hacia mí, pero estoy muy orgullosa, porque la prensa que nos llega, através de un Estanco del Grupo Prisa, prensa sometida, esa prensa que ha abandonado los intereses del españolito de a pié y de la democracia. Es todo un espectáculo bochonorso y degradante. Donde vivo está el BOJA, cuando veo pasearse a los inútiles funcionarios/as, que no se quejan de la peste que tenemos que oler, de las Falsas y Mentiras, encima veo comprando el pijo-progre el diario público, es que me dan unas ganas de cantarles la verdad del barquero.

 
At 02 mayo, 2008 10:54, Blogger el barco de papel said...

Cuando esos linchamientos se producen durante años sobre una persona elegida al azar, y ya no se puede dar marcha atrás por la inmensidad de daño (instituciones de todos los niveles aportando su parte alícuota de corrupción asumida); la única opción que le queda a la víctima es la muerte lenta en total aislamiento, indigencia e indefensión.

 

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