El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

04 agosto 2010

Imperios



Dinos tú, oh divino Séneca, cómo tenemos que interpretar esta visita; tú que has hablado con el oráculo, tú que naciste en estas tierras y que has dejado esparcida tu memoria y tu actitud ante la vida. Tu nombre, oh venerado Séneca, no se lo han llevado los tiempos ni el olvido, no se ha perdido en la memoria; sigue aquí en la Bética, donde naciste. Por eso, sólo tú que ahora miras a los ojos del destino como antes, en tu vida, mirabas a los ojos de la naturaleza humana; sólo tú puedes interpretarnos esta visita de hoy. Debes saber, amable Séneca, que en otros tiempos el sólo anuncio de la visita ya hubiera sido motivo de escándalo, o de inquietud entre los más supersticiosos y, acaso, entre los más religiosos también. A todos esos, maestros de la incultura y la superchería, les bastaría con saber que quien hoy llega a Marbella es ‘la dama negra de la Casa Blanca’ para propagar la estela de una maldición o de algún mal augurio. Por fortuna, los tiempos ya son otros y Michelle Obama llega hoy con sus hijas a Marbella rodeada de expectación, casi devoción.

Fíjate, apacible Séneca, que en esto no hay cambio alguno en los dos mil años que han transcurrido desde tu nacimiento; a cualquier emperador romano que hubiera visitado estas tierras no lo hubieran colmado de lujos mayores de los que se encontrará la primera dama americana cuando llegue a Marbella. Sabes de sobra que hay aspectos de la naturaleza humana que no van a cambiar por muchos siglos que pasen, por mucho que las civilizaciones se reduzcan a polvo de los caminos. Los Obama son hoy, dilecto Séneca, los emperadores del nuevo mundo. Te estremecerías si supieras que los Obama se van a hospedar en un hotel con el aire de una lujosa villa romana. Todo cuanto se ha diseñado, se ha hecho pensando en Roma; los salones y los jardines, las fuentes y los estucados, los laureles y el anfiteatro, los patios de columnas y los baños públicos. Al ver a Michelle Obama en las termas perfumadas, rodeadas de estatuas de mármol, será inevitable contemplarla como una diosa negra.

Sí, recordado Séneca, cuando el presidente de Estados Unidos llega a un país como España, ya no existe otra noticia. Todo el mundo se pone en pie, hasta el presidente español, aquel que un día se quedó sentado al paso de la bandera. Nadie más que Zapatero habrá aprendido del imperio. Fíjate Séneca, tú que siempre fuiste tan prudente, que el presidente español pensaba que podría tratar de tú al presidente americano y ya ves lo que le ha ocurrido, este invierno le dejó plantado en una cumbre planetaria y ahora, sin embargo, manda a su señora y a sus hijas a la playa a Marbella.

Dinos tú, oh Séneca, tú que nos advertiste de la brevedad de la vida, que desdeñaste los placeres que corrompieran la serenidad del alma, dinos tú, ansiado Séneca, si nos hemos pasado de catetos con la visita de los Obama o si, por el contrario, es de humanos retener a lo largo de los siglos la algarabía imperturbable con la que el césar quería ser recibido en la tierra conquistada.

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2 Comments:

At 04 agosto, 2010 19:30, Blogger Er Tato said...

Catetos, pero catetos a más no poder. Como diría mi abuelo si viviera, ¡osú, osú, osú, osú, animalito...!

Saludos

 
At 04 agosto, 2010 20:04, Blogger Panduro said...

Roma no paga traidores.

A ver si con los catetos hay más suerte.

 

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