tag:blogger.com,1999:blog-186745312024-03-23T19:22:00.532+01:00El Blog de Javier CaraballoJavier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.comBlogger1253125tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-75317905571554776912012-06-01T20:37:00.000+02:002012-06-01T21:51:37.446+02:00Calor africano<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYm-Bu_ieNQ7frHKTj1p6jbZIqjSMQhXPY67lIQcKhbzrB-kEPew840QLHsIDceX1wNoHNg_1kWVP-qXD7CiScFRetPNN8G_Am6Ue55O7NaqWrVgRSD68J8IsJnr4kJVo_esqo/s1600/frutaslogrono-foto-calor.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYm-Bu_ieNQ7frHKTj1p6jbZIqjSMQhXPY67lIQcKhbzrB-kEPew840QLHsIDceX1wNoHNg_1kWVP-qXD7CiScFRetPNN8G_Am6Ue55O7NaqWrVgRSD68J8IsJnr4kJVo_esqo/s320/frutaslogrono-foto-calor.jpg" width="297" /></a></div>
<br />
Me da miedo este calor africano que se ha echado sobre las ciudades como una manta de pelo gris. Asusta cuando se sale a la calle y el aire, espeso y caliente, presiona tanto la cabeza que parece que las venas se inflaman con sangre ardiente, se hinchan y golpean las sienes con el martilleo constante de los latidos del corazón. El sudor hace surcos en las mejillas, desciende como un río de lava salada desde las patillas hasta el cuello; toda la piel se empapa con ese sudor y no habrá sombra que lo mitigue, ni de día ni de noche llegará el descanso. Dicen que ha llegado una ola de calor africano y a mí me da miedo porque hasta el cielo parece haberse quemado, ha dejado el azul primaveral y ahora aparece gris, achicharrado. <br />
<br />
Me da miedo, sí, este calor africano porque anda el personal tan presionado por todo, con los sentimientos acorralados en un rincón del alma, los ánimos tan afilados, que sólo hace falta un desequilibrio externo como este bochorno para que todos explotemos, rendidos, hastiados, quemados. En la vida tenemos aprendido que, cada día, nos exponemos al azar de un tropiezo en la acera, una llamada de teléfono inesperada, un pinchazo en la carretera que puede cambiarte el resto de la existencia. De la misma forma, en una situación tan tensa como ésta, sólo falta un chasquido, una chispa, para que todo se incendie. <br />
<br />
Aquellos, cientos, miles, que se levantan pendientes de las listas de despidos de su empresa; aquellos, cientos, miles, que abren con cuidado el extracto del banco porque saben que su cuenta seca no llega a fin de mes; aquellos, cientos, miles, que viven pendientes de una orden de desahucio, de una mañana sin agua en la cocina ni electricidad en el salón porque le han cortado el suministro. Aquellos, cientos, miles, que suben el volumen del televisor cuando llegan noticias de Grecia con la oleada de suicidios que ya se ha extendido por todo el país. Un músico arruinado que se arroja al vacío desde el balcón, abrazado a su padre; un hombre que se encierra en el coche con sus hijos y lo incendia; un joven que se dispara en la garganta; una madre enferma de Alzheimer que sonríe en el filo del balcón antes de saltar cogida de la mano de su hijo. Y siempre, una nota desesperada, dictada con la lucidez que sólo puede atribuírsele a los suicidios de la crisis. «En mi vida sólo he trabajado todo el día. Ahora soy un idiota de 61 años y tengo que pagar. Espero que mis nietos no nazcan en Grecia, ya que no habrá griegos a partir de ahora. Dejemos que aprendan otro idioma, porque el griego será borrado del mapa a no ser que haya un político con el valor de la Thatcher para ponernos firmes a nosotros y al Estado».<br />
<br />
Me da miedo este calor africano que se ha echado sobre la ciudades, que ha dejado los cielos grises y la boca seca. Que los ánimos se exaltan, los nervios se rompen, la paciencia estalla en un grito de protesta definitivo, un alarido: Qué mal hemos hecho para enfangarnos en esta penuria. Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-69664759457628736182012-05-28T11:20:00.002+02:002012-05-28T11:20:55.676+02:00Muy triste, pero...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVDsVCRoGaGUY2s-h_blcTxqYj5i0Mz1l8udiMClIQO-GCzHcV6xkgyotoj16Bo61d2MKallJEvr6I09AscXczE0dIXkJ_ho7d27W12fLWez0KgD8eJwM5ZIwHM4Q4Zy0pFD6_/s1600/8785600-gente-hablando.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVDsVCRoGaGUY2s-h_blcTxqYj5i0Mz1l8udiMClIQO-GCzHcV6xkgyotoj16Bo61d2MKallJEvr6I09AscXczE0dIXkJ_ho7d27W12fLWez0KgD8eJwM5ZIwHM4Q4Zy0pFD6_/s320/8785600-gente-hablando.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<!--[if gte mso 9]><xml>
<o:OfficeDocumentSettings>
<o:AllowPNG/>
</o:OfficeDocumentSettings>
</xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml>
<w:WordDocument>
<w:Zoom>0</w:Zoom>
<w:TrackMoves>false</w:TrackMoves>
<w:TrackFormatting/>
<w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone>
<w:PunctuationKerning/>
<w:DrawingGridHorizontalSpacing>18 pt</w:DrawingGridHorizontalSpacing>
<w:DrawingGridVerticalSpacing>18 pt</w:DrawingGridVerticalSpacing>
<w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery>
<w:DisplayVerticalDrawingGridEvery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery>
<w:ValidateAgainstSchemas/>
<w:SaveIfXMLInvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid>
<w:IgnoreMixedContent>false</w:IgnoreMixedContent>
<w:AlwaysShowPlaceholderText>false</w:AlwaysShowPlaceholderText>
<w:Compatibility>
<w:BreakWrappedTables/>
<w:DontGrowAutofit/>
<w:DontAutofitConstrainedTables/>
<w:DontVertAlignInTxbx/>
</w:Compatibility>
</w:WordDocument>
</xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml>
<w:LatentStyles DefLockedState="false" LatentStyleCount="276">
</w:LatentStyles>
</xml><![endif]-->
<!--[if gte mso 10]>
<style>
/* Style Definitions */
table.MsoNormalTable
{mso-style-name:"Tabla normal";
mso-tstyle-rowband-size:0;
mso-tstyle-colband-size:0;
mso-style-noshow:yes;
mso-style-parent:"";
mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt;
mso-para-margin:0cm;
mso-para-margin-bottom:.0001pt;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:12.0pt;
font-family:"Times New Roman";
mso-ascii-font-family:Cambria;
mso-ascii-theme-font:minor-latin;
mso-fareast-font-family:"Times New Roman";
mso-fareast-theme-font:minor-fareast;
mso-hansi-font-family:Cambria;
mso-hansi-theme-font:minor-latin;
mso-bidi-font-family:"Times New Roman";
mso-bidi-theme-font:minor-bidi;}
</style>
<![endif]-->
<!--StartFragment-->
<br />
<div class="MsoNormal">
No importa quién esté delante. No importa el lugar del
encuentro ni importa tampoco el momento del día o el motivo de la conversación.
Nada importa porque estés donde estés, estés con quien estés, en algún momento
alguien pronunciará la frase que redondeará la grima y el desconcierto; las
palabras que hacen homogéneo el desencanto y la incertidumbre por lo que pueda
venir. Pueden ser médicos o abogados, guardias civiles o profesores de
bachiller. Desempleados, científicos, periodistas, camareros, empresarios,
rentistas o jubilados. No importa quién porque la conversación siempre
comenzará con un esbozo general, acaso una pregunta indagatoria a la persona
que está enfrente. “¿Y usted cómo lo ve?” </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
No hará falta siquiera que nadie delimite el campo de la
conversación porque existe un sobreentendido generalizado, que se ha extendido
por todos los rincones: la crisis, qué va a ser si no. Y nada más formular la
pregunta, se iniciará una cadena de asentimientos para remarcar que todos
comparten la misma preocupación y el mismo diagnóstico, sea cual sea el punto
de observación, una escuela, un hospital, un restaurante, un juzgado o una
siderurgia. Y dirán, y diremos, que en este país hemos vivido tan por encima de
nuestras posibilidades que hasta vértigo nos produce ahora mirar para atrás,
tan sólo unos años más atrás, y observarnos en la complacencia boba en la que
nos habíamos instalado. Un sector profesional, cualquier sector profesional,
todos los sectores, sea cual fuera su peculiaridad, ha acabado engullido por
una crisis que no era suya, que no pertenecía a su realidad de entonces, que no
se correspondía con sus posibilidades de futuro, pero ya no parece haber
salida; no era la crisis de nadie en particular pero ahora es la crisis de
todos porque esta crisis nos ha arrastrado a todos, ha arrasado con todo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Vendrá luego un elemento común denominador, la culpa. Y
sabemos de quién es la culpa, o eso diremos, o en ese punto exacto asentiremos
de nuevo en la conversación. Banqueros, políticos, auditores, especuladores
avarientos de los mercados financieros. Elites de privilegios y de poder,
castas endogámicas, ajenas a la realidad de la calle. En ese magma inalcanzable
encontraremos la conexión y el epicentro de estos males de ahora, el primer
soplo de este torbellino que quiere tragarse una civilización, un imperio, una
forma de vida, una época de esplendor. El origen de todo lo proyectamos ahí, se
proyecta ahí, en esas alturas tantas veces etéreas, en ese universo que no es
sino una proyección de otras limitaciones, de otros excesos compartidos, de la
ceguera de todos. La conspiración, el poder, los secretos escondidos, las
grandes fortunas amasadas.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Nada importa porque estés donde estés, estés con quien
estés, en algún momento alguien pronunciará la frase que hace homogénea la
multiplicidad del desencanto. Es la frase con la que se cierra toda
conversación: “Es muy triste, pero es así”. Es la frase que resume la penuria
de la Educación, el colapso de la Justicia, la ruina de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la construcción, la parálisis de los
restaurantes, la tiesura de los periódicos, la hartura de los funcionarios, la
asfixia de la Sanidad, la raquítica realidad de la investigación, el horizonte
incierto de la juventud. “Es muy triste, pero es así”. Y con el amargor
resignado de ese final, buscaremos en otra cara el bucle eterno de esta
desazón.</div>
<!--EndFragment-->Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-56558834094189294132012-05-18T13:40:00.003+02:002012-05-18T13:41:59.165+02:00Línea roja<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpBX4MBs3PO4gKDD3RHkmdy-IhKIH4NmTtDFuxQ9cATPakUHzX_HwILyK596Mm7TaRjYw0tLOPfnLi59OJckx80a0ZbifDfOSNYK4NgilhyT2ybvPl-nI7dpzpKF_86lC82AgM/s1600/ciudadano-kane.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="250" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpBX4MBs3PO4gKDD3RHkmdy-IhKIH4NmTtDFuxQ9cATPakUHzX_HwILyK596Mm7TaRjYw0tLOPfnLi59OJckx80a0ZbifDfOSNYK4NgilhyT2ybvPl-nI7dpzpKF_86lC82AgM/s320/ciudadano-kane.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
Sé del insomnio por Lidia, que la otra noche se despertó
sobresaltada con una pesadilla que nada tenía que ver con mundos oníricos: soñó
que era ella a la única a la que despedían en su empresa. Lidia es periodista y
en su periódico le han comunicado a los trabajadores que en breve ejecutarán un
Expediente de Regulación de Empleo que afectará a gran parte de la plantilla.
Lidia soñó con una llamada a primera hora, una visita al despacho de un señor
gris que, después de bajarse las gafas para mirarla, extrajo de un fichero una
carta con su nombre: estaba despedida. Era ella la única despedida de toda la
empresa, y se veía abandonando la redacción, sola entre sus compañeros, sola
ante sí misma. Sola. Miró a su marido dormido, a su lado, y se levantó para
abrir la puerta del cuarto de sus dos niñas pequeñas. Ahí encontró el consuelo
en las horas que todavía tardó la noche en diluirse con los primeros rayos de
sol de la mañana.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Sé de la desesperación por Fernando, que no ha llegado
todavía a cumplir los 35 y ahora, cuando mira para atrás, piensa que todo en su
vida ha estado equivocado. Su matrimonio no funcionó y su trabajo, el
periodismo, se está desmoronando. Y dice Fernando que sin amor y sin trabajo,
de qué ilusiones vive el hombre. También él trabaja en un periódico, de los
muchos que hay en España con planes de regulación de empleo, y piensa que él
será uno de los primeros en abandonar la redacción. Cada día, cuando llega a la
redacción, se espera que, en la misma puerta, el vigilante o una secretaria lo
detenga. “Pasa antes por el despacho”, y será entonces cuando le entreguen la
carta de despido. Los problemas cotidianos, que se amontonan en la mente, la
hipoteca, los plazos del divorcio, el préstamo del coche, la luz, el agua… todo
eso, que se viene encima como una cascada de sudor frío, no es nada comparado
con el intento baldío de calcular alguna otra parte en la que poder trabajar de
periodista. Sencillamente, no existe. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Sé de la ansiedad por Pedro, que es soltero, que no tiene
problemas de hipoteca ni cargas que lo angustien, pero no alcanza a verse lejos
del entorno en el que ha estado toda su vida. Un habitat, un tipo de vida, un
modo de ser, una forma de comportarse. También en su periódico amenazan con
despidos, porque no llega la publicidad, porque las ventas caen en picado,
porque los empresarios locales que apoyaban la sociedad ya se han retirado, y
le angustia verse desgajado, arrancado, de las tres o cuatro referencias
vitales a las que consigue asirse cada día para tirar para adelante. La
ansiedad ya se le ve en los ojos, se adivina en la forma compulsiva con la que
devora la comida, los nervios que se desatan sin explicación en medio de una
ronda de cervezas. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Sé de los agravios porque esto que ocurre aquí, en la
prensa, es sólo un reflejo de la desproporción, cada vez mayor, entre los
trabajadores de empresas públicas y los trabajadores de empresas privadas. Yo
no aspiro a que el rasero y la medida de los problemas sea el nivel más bajo,
la tajada más pequeña. Pero no dejo de pensar en Lidia, en Fernando, en Pedro,
cuando oigo decir al Gobierno andaluz que los empleados públicos nada tienen
que temer por la Reforma Laboral y por los despidos. Porque en Canal Sur hay
1.600 trabajadores y son incontables los que ejercen en los gabinetes de prensa
de toda la Junta de Andalucía. ¿Tan difícil se hace comprender que,
sencillamente, no es posible sostener esa diferencia, que se podría ampliar a
cualquier otro sector, a costa de nuevos impuestos y más recortes de inversión?
Sacrificios para todos, esa tendría que ser la única línea roja. </div>Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-24220940768476739372012-05-16T10:22:00.005+02:002012-05-16T10:23:53.528+02:00La nota<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQyG2NPxMLwFIj-pEAtKZTgloDpOAoF9i1gvVZecRHa8KBRYXsHiOLEWZHFy7dMXGi3G5OZyR6dy8ZPpaNaUO4tpx0LAog7q7P8C9KXoQKHJiHerCy_p1gWio5zbtLLiOcUMew/s1600/54908-620-282.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="145" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQyG2NPxMLwFIj-pEAtKZTgloDpOAoF9i1gvVZecRHa8KBRYXsHiOLEWZHFy7dMXGi3G5OZyR6dy8ZPpaNaUO4tpx0LAog7q7P8C9KXoQKHJiHerCy_p1gWio5zbtLLiOcUMew/s320/54908-620-282.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
Me sobrepasan.
Estas noticias que atraviesan la garganta de una punzada, que se clavan en la
sien como queriendo horadar la conciencia, me paralizan, no puedo más. Intento
seguir la actualidad y prestarle atención a las idas y venidas del discurso
político; lucho contra la apatía creciente y combato la repulsa que nace cuando
se les observa con cierta distancia y se contempla el ridículo pomposo en el
que viven, pero llegan estas noticias y cualquier intento se derrumba, carece
de sentido. La vida está ahí, en la calle, está en esas noticias que llegan y
te sobrepasan. La ley de la gravedad también existe en la crónica de
actualidad, son esas noticias que tiran de los pies y los hacen pisar el suelo
miserable de la verdad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
Una bolsa de
deportes abandonada en la puerta de una guardería y alguien que se queda
observándola mientras echa un cigarrillo apoyado en un árbol de la acera de
enfrente o mientras se acerca en su paseo rutinario de cada amanecer. Se queda
observando la bolsa porque, mira, mira, hay algo que se mueve en su interior.
Debe ser un cachorrito, piensa, y por eso araña con las patas las paredes de
tela de la bolsa. O será que con la narizota humedecida de los perritos está
olfateándolo todo. Será un cachorro, sí. Y se acerca a curiosear un poco más de
cerca la bolsa que se sigue moviendo y, en un gesto decidido, se detiene para
descorrer la cremallera de la bolsa. ¿Lo hacemos, tiramos de la cremallera o
hablamos de los recortes, de la justificación política mentirosa que le ha dado
el Gobierno andaluz a la quiebra en la que se encuentra buena parte de la
gestión andaluza, el estado insostenible de tantas empresas públicas?
¿Detallamos otra vez el despilfarro que se sigue produciendo en multitud de
organismos confeccionados sólo para sostener la burocracia política, la
estructura clientelar de miles y miles de personas? ¿Nos enojamos de nuevo con
la hipocresía de exigir sacrificios con nuevos impuestos y menos salarios a
aquellos sobre los que ya recae el mayor esfuerzo?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Ahí está el tipo
detenido en la acera, delante de la bolsa abandonada en la puerta de una
guardería. Tira hacia debajo de la cremallera y los ojos diminutos de un bebé
le provocan un gesto instintivo de miedo, un sobresalto mayúsculo que le lleva
a retirarse dos pasos de la bolsa, como si hubiera descubierto una bomba a
punto de estallar. Mira a los dos lados de la calle, a ver si alguien lo ha
visto, y se acerca de nuevo a la bolsa, para demostrarse a sí mismo que no está
equivocado, que es una niña recién nacida lo que hay en la bolsa. «Si fuera un
cachorro, estaría feliz; pero me he asustado al comprobar que es un niño», se
dice para sí, sin ánimo alguno de explicarse el sentido contradictorio de sus
reacciones inconscientes. Ya al final, se decide a sacar la niña de la bolsa. Ya
sabe lo que hará, llamará al timbre de la guardería y luego a la policía. Toma
a la niña y acuna la cabeza en su hombro. Luego hurga dentro de la bolsa, por
si hubiera algo más. ¿Hablamos de ‘las líneas rojas’, del argumentario falso
que se ha establecido como consigna en el Gobierno andaluz para que la
propaganda nos haga ver que aquí no hay recortes en la sanidad o en la
educación? ¿Repasamos de nuevo las carencias en la universidad, en la justicia,
que se niegan que se ignoran? ¿Detallamos de nuevo el insoportable desnivel,
que existe entre la precariedad de esos servicios y la ostentación de las
instituciones autonómicas? </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Con la niña acunada en su hombro, abre la bolsa y
descubre en su interior una cuartilla doblada, la nota manuscrita de una mujer:
«Cuidenla. No me juzguen. Es lo más duro que he hecho en mi vida».<o:p></o:p></div>Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-81764467282558969052012-05-11T20:56:00.000+02:002012-05-11T20:56:54.804+02:00Desconexión<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhR1vQNV9mTQuS8cK3x9M-kDUxN2gbzn6kVYZ7sAeo77LsDw-NyGw05s9mZ_DbJ4OGvSKJpDeXHMIugUesCJ21prtqBBYi3l6pYAuP3uCvYY201dJnM_YOld6n5xgUtzcLkKDzL/s1600/Gri%C3%B1an-y-Valderas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhR1vQNV9mTQuS8cK3x9M-kDUxN2gbzn6kVYZ7sAeo77LsDw-NyGw05s9mZ_DbJ4OGvSKJpDeXHMIugUesCJ21prtqBBYi3l6pYAuP3uCvYY201dJnM_YOld6n5xgUtzcLkKDzL/s320/Gri%C3%B1an-y-Valderas.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-autospace: none;">
<br /></div>
En medio del ruido político, la página marcada de un libro viene a resolver el hastío. «Hay bastante metafísica en no pensar en nada». Sí, quizá sea esa la solución, la respuesta adecuada a este ambiente viciado que vuelve a reproducirse en Andalucía como único discurso político. No pensar en nada, desconectarse de la realidad política rampante, vulgar y previsible, que se ha vuelto a imponer aquí, la confrontación política ajena a todo y a todos. Desconectarse de la inercia de debatir naderías y bobadas, aislarse de la inutilidad de analizar discursos hueros, huir de la pompa ridícula de los mediocres, de la estulticia de los bien pagados, de la grosería insultona de los agitadores. Desconectarse, espantar de la mente cualquier intento de reflexión sobre este camino político que ha vuelto a imponerse en Andalucía y que hace pasar por problemas los intereses electorales de una minoría instalada en el poder desde hace tres décadas y que sustituye la ideología por el sectarismo, por la bandería, y que suplanta los problemas reales con un puñado de consignas y crispación. <br />
<br />
Desconexión, sí. Porque en lo que no solemos reparar nunca es que para que esa política de ceguera y bronca se haya impuesto en Andalucía ha necesitado de la colaboración de muchos agentes que intervienen desde fuera, desde los medios de comunicación, que la propagan, hasta de decenas de asociaciones profesionales que se prestan de correa de transmisión de los intereses de esa política. La participación de esos agentes, claro, no es tan inocente como aquí se expone, es evidente, porque en su inmensa mayoría también ellos, medios de comunicación y asociaciones, dependen para su supervivencia del papel que desarrollan en la agitación de las consignas. Pero salvado eso, al margen quedan muchas asociaciones, muchos medios de comunicación, muchos profesionales y una gran parte de la sociedad hastiada del círculo vicioso al que nos conducen siempre. Es ahí donde nos encontramos, es esa estrategia de fango la que devalúa las instituciones, las deprecia, y la que conlleva el rechazo por la actividad política. Y ni siquiera admitirán esa grave responsabilidad cuando también aquí, en unas elecciones, los movimientos extremistas, repugnantes filonazis o zumbados de extrema izquierda, irrumpan en esas instituciones. <br />
<br />
Confrontación, dicen ahora, otra vez, al unísono, los miembros del nuevo Gobierno andaluz, los sindicatos que los acompañan, las asociaciones que se desparraman por todos los sectores profesionales y los voceros que agigantan sus proclamas. Otra vez el Estatuto, otra vez los agravios de Madrid, otra vez las ofensas inventadas a los andaluces... Hay que alejarse de todo eso, despreciarlo, no participar ni siquiera con la crítica. «No sé. Para mí pensar en eso es cerrar los ojos y no pensar. Es correr las cortinas de mi ventana (que no tiene cortinas)». Se lo dijo Alberto Caeiro a Fernando Pessoa. Y la luz de ese poema vino a resolver el hastío.Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-15359677579514906782012-05-10T12:51:00.004+02:002012-05-10T12:52:25.005+02:00Corrupción de crisis<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJ8dTEI4wR2gIe4l54MpqERhSXfi08xkX9u5cTW8IAN1XEIzx0qhAnSgqVJ-5gPAhFPHdTR_dteoULhButxQSqJhmWXrVgBfQwvrANpsYNd4E2i-zSes5uOGhEyxqS3ALlRzKj/s1600/corrupcion.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" dba="true" height="232" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJ8dTEI4wR2gIe4l54MpqERhSXfi08xkX9u5cTW8IAN1XEIzx0qhAnSgqVJ-5gPAhFPHdTR_dteoULhButxQSqJhmWXrVgBfQwvrANpsYNd4E2i-zSes5uOGhEyxqS3ALlRzKj/s320/corrupcion.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
La corrupción nunca entra en crisis, pero sí existe una corrupción de la crisis. El corrupto es un ser que se amolda a los tiempos porque su carácter, el carácter de un aprovechado, es, sobre todas las cosas, moldeable, adaptable, chaquetero. Y ahora que corren tiempos de canina, la corrupción, los corruptos que van saliendo en los periódicos a diario, también han cambiado de faz. Si faltaba algún factor que redondeara este tiempo de crisis histórico, quizá sea éste del cambio de modelo de la corrupción. Han entrado en crisis los mercados financieros arrastrados por la crisis primigenia de la construcción. Y luego, en cadena, han ido cayendo todos los demás, se ha desmoronado a nuestro alrededor todos aquellos valores estables que conocíamos, desde la taberna de la esquina o la tienda de ropa del barrio hasta las instituciones y los Estados. Todo se ha devaluado, se ha tambalea sin que nadie sepa en qué acabará, y sólo nos quedaba, quizá, comprobar que también la corrupción ha cambiado de grado. La corrupción de ahora es más cutre, más bajuna, y ese detalle miserable redondea la crisis.<br />
<br />
Si nos fijamos, los grandes pelotazos ya han dejado de aparecer en las crónicas de actualidad porque de los manantiales de los que se alimentaban, el despilfarro de las instituciones y el desarrollo urbanístico, ya no brota ni un solo céntimo. Los pelotazos de ahora son invisibles a nuestros ojos, se dan en los mercados financieros, y no pertenecen al género de la corrupción tal como la conocemos. La corrupción de la crisis propiamente dicha la conforma esta serie de noticias que están surgiendo ahora. El Ayuntamiento de la provincia de Jaén en el que han desaparecido 347.000 litros de gasóleo destinados a un generador de agua que nunca llegó a utilizarlos, el concejal que se ha largado de crucero por el Caribe y, desde hace cinco meses, sólo envía al ayuntamiento facturas de su teléfono móvil, el Consorcio de Bomberos de Córdoba que compró por más de 50.000 euros 2.300 litros de espuma contra incendios de los que solo se recibieron 480 litros y de mala calidad, el alto magistrado que se ha pegado la vida padre en Marbella a costa de la institución, los políticos que se niegan a dimitir de una caja de ahorro porque “no les da la gana”… Esa corrupción de baja estofa, de caraduras y sinvergüenzas, es la propia de la crisis; es la que se corresponde con estos tiempos.<br />
<br />
En el origen de todo, alguna vez se ha citado aquí aquel caso de corrupción de los albores de la democracia en los que cuatro tipos se repartían el botín de una comisión ilegal en el Campo de Gibraltar. En el coche de vuelta, abrieron el maletín y allí se les grabó la conversación que mantenían: “Hemos trincado dos millones, ¿entre cuatro a cuánto cabemos?”. La corrupción política ha vuelto a esos tiempos de bajuna y cutrerío. Pensándolo bien, ya con el escándalo de los ERE se debió apuntar el cambio de tendencia hacia esta corrupción de bajo nivel, los amigos que se apuntan a las prejubilaciones de empresas en las que nunca trabajaron, las juergas de putas y cocaína con el dinero de los parados, las subvenciones a los familiares, a los amigos, a los fieles. Antes se pegaban pelotazos inmobiliarios, ahora roban gasolina de los almacenes municipales y se falsea una paga para la suegra del alto cargo. Dos millones, entre cuatro, ¿a cuánto cabemos?Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com41tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-63324262080557041702012-05-09T12:28:00.002+02:002012-05-09T12:29:42.779+02:00Tontos oficiales<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9Eq1CB8MCY4BpXEIVmIrYXaqaJDyz9JvU6cWls7d5Tzfrym2583_BGgysjgCgxltatq6L18W3Tx2zvobFG7nW68XmP916c899Sz4HwgCJS7q_dETCQ29gw0tpUBnNU4-nIUiB/s1600/sanchez-gordillo-valderas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" dba="true" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9Eq1CB8MCY4BpXEIVmIrYXaqaJDyz9JvU6cWls7d5Tzfrym2583_BGgysjgCgxltatq6L18W3Tx2zvobFG7nW68XmP916c899Sz4HwgCJS7q_dETCQ29gw0tpUBnNU4-nIUiB/s320/sanchez-gordillo-valderas.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
Cuando mi compañero Paco Robles revolucionó el mundo de las cofradías de la Semana Santa de Sevilla con su libro ‘Tontos de Capirote’, para muchos de nosotros, ajenos a ese mundo, lo más inexplicable de todo fue que ese universo, tan celoso de sí mismo, tan meticuloso con las costumbres, tan reacio a las críticas, tan sensible a la menor irreverencia, hubiera aceptado de mil amores aquel retrato mordaz de la sociedad capillita. Pecado de ignorancia, claro, porque si hay algo que puede entenderse de un pueblo como el andaluz, con tres milenios de historia a sus espaldas, es la capacidad de reírse de sí mismo, de trivializarlo todo y de desnudar de pompa la mayor oficialidad con una sonora carcajada. En periodismo, ese estilo ácido, el retrato descarado del poder y de la propia sociedad, supone, antes que un atrevimiento, una línea de crítica que deberíamos fomentar más. Que para lisonjas y adulaciones, ya están los del ejército oficial.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
-- ¿Yo adular? ¿Adular es decir la verdad?<br />
-- Cuando la verdad no es amarga, es una adulación manifiesta; corríjase usted ese defecto, y nada de alabar, aunque sea una cosa buena, que ese no es el camino del bolsillo del público. El público de las Batuecas no está ahora para versos. Prosa, prosa mordaz y nada más.<br />
<br />
Los tiempos que corren son como aquellos que retrataba Larra en sus artículos de costumbres: tampoco ahora está el personal para muchos versos; con tanta crisis y tantas malas noticias repetidas, con esta angustia de cada día, nos hace falta el respiro de una prosa mordaz, que cruja. A parte de las razones anteriores, el desparpajo como válvula de escape de la tensión social, la prosa mordaz se justifica porque en un paisaje como el actual de tiesura algunos personajes públicos, que ya parecían ridículos antes, adquieren ahora una notoriedad especial. Es como si la estrechez proyectara sobre ellos un foco de atención y se les viera, en su boato, más ridículos de lo que ya parecen normalmente. Ahí es donde entraría una nueva catalogación de tontos oficiales. El tonto del coche oficial, el tonto de la pegatina, el tonto de los abojofirmantes, el tonto del nudo de corbata, el tonto facha, el tonto de los mítines, el tonto de género… Y sobre todos los tontos, el último tonto de la temporada, el tonto del imperativo legal. Aquí debe imponerse un punto y aparte.<br />
<br />
El tonto del imperativo legal es una modalidad que se ha extendido en Andalucía con el gobierno de coalición del PSOE e Izquierda Unida. El tonto del imperativo legal se ha refugiado en esa fórmula de promesa cuando ocupa un cargo público y enjugar así sus contradicciones. Que sea la fórmula utilizada desde antiguo por los batasunos del País Vasco no es más que un precedente cafre, ya que en realidad la cosa no llega a mayores que la mera pose. El tonto del imperativo legal lo único que persigue es la notoriedad ante los suyos y promete el cargo con esa coletilla como si estuvieran aceptando un sacrificio. La dura tarea de una corte de asesores, un cargo público bien remunerado, un despacho con sus moquetas y sus banderas, un coche oficial y un relumbrón de flashes de fotógrafos. Todo eso, que los hace partícipes de aquello que condenan en los discursos, lo aceptan por imperativo legal. Podrían renunciar a muchos privilegios, pero no lo hacen. Lo dicen, se guardan una sonrisa burlona, y se marchan tan panchos a su nueva vida. El tonto del imperativo legal, una verdad amarga.Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-70372091521635587812012-05-02T18:49:00.000+02:002012-05-02T18:50:50.366+02:00Los rehenes<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNvEsqEcMAp0g0wq3Wu2jGXsWF2GP0ccDmQC_ihUnByh3NIRhf0oUKsZdhCQ0CJVwrIA0tYPr60nc1mZ9jQCv4Qv4Xa30ylp6qTLr6jdNbIBQy6rwAlemvTnSqHSVnF6eptlDA/s1600/colabanco1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="192" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNvEsqEcMAp0g0wq3Wu2jGXsWF2GP0ccDmQC_ihUnByh3NIRhf0oUKsZdhCQ0CJVwrIA0tYPr60nc1mZ9jQCv4Qv4Xa30ylp6qTLr6jdNbIBQy6rwAlemvTnSqHSVnF6eptlDA/s320/colabanco1.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
Iba detrás de él en la cola del banco. La distancia suficiente para reparar en las manos castigadas, encallecidas, nerviosas, apretando un puñado de documentos, enrollados como un pergamino. Debía ser el final de la conversación porque aquel hombre ya se había apartado de la mesa del bancario, se recostó en la silla; acaso aguardaba alguna explicación última, algo distinto a la misma respuesta con la que se había tropezado cien veces ya; la misma negativa de manual que le cerraba todas las puertas. «Lo sentimos mucho, pero hemos analizado su propuesta, y aún reduciendo de forma sustancial los márgenes establecidos en el protocolo de requisitos básicos que le notificamos, el Banco no puede concederle el préstamo que solicita para su negocio porque se excede con mucho el diferencial de riesgo permisible y no existen sólidas garantías para avalar la operación». Yo iba detrás en la cola del banco, la distancia suficiente para reconocer el nudo que se le hacía a aquel hombre en la garganta, la nuez que subía y bajaba en el cuello canijo, la piel arrugada de los cincuenta y cinco años. Con la enésima negativa de manual del operario del Banco, agarró con fuerza los brazos de la silla y se levantó.<br />
<br />
¿Cuál sería aquel proyecto de inversión que acababa de naufragar? ¿Qué gran financiación habría requerido? ¡Una churrería! Aquel tipo que abandonaba el Banco, dándose golpecitos en la pierna con los documentos enrollados en pergamino, lo único que pedía era unos miles de euros para abrir una churrería. «Yo entiendo la desesperación –aclara el bancario–, pero ni en este Banco ni en ningún otro se concede un crédito a no ser que se demuestre que no se necesita, que quien lo pide no le hace falta. Ésa es la única realidad». Es preciso detenerse en la frase para encontrar en esa especie de oxímoron bancario la disparatada inercia a la que nos ha llevado la crisis: sólo se conceden créditos a quien no los necesita. Puede entenderse, en fin, que el sistema financiero intente evitar que una espiral mayor de impagos pueda acabar en la quiebra de un banco o de una caja de ahorros; que nadie en Europa quiera afrontar la peor estampa de una crisis, una turba que apedrea los cristales de un banco porque se han evaporado de golpe los ahorros de miles de ciudadanos. Pero, admitiendo esa precaución principal, la evidencia que transmite cada día la calle es que un sistema debe velar por igual por las entidades financieras, para que no naufraguen, pero también por las clases medias y bajas, brutalmente golpeadas por el desempleo de esta crisis. ¿Cómo entender que las decenas de miles de millones que se inyectan en el sistema financiero español, a través de ayudas directas y de préstamos a bajo interés del Banco Central Europeo, se queden ahí, que no calen más abajo, que no lleguen a las pequeñas y medianas empresas que necesitan financiación para mejorar su producción o para el desempleado que busca en el autoempleo una salida a la desesperación de la cola del Inem? Si a las entidades financieras españolas se les aplicara la lógica que ellas mismas aplican a quien solicita un crédito en la actualidad –‘no se conceden créditos a no ser que se demuestre que no se necesita’– las subastas periódicas del Banco Central Europeo quedarían desiertas; el ‘bufé libre’ –como se ha definido– de miles de millones de euros a bajo interés al que acuden decididos los bancos españoles, tendría que buscar otra clientela. <br />
<br />
Iba detrás de él en la cola del banco. La distancia precisa para reconocer en ese tipo a muchos más, miles o millones: los rehenes inocentes de una crisis en la que han quedado atrapados, con todas las puertas cerradas.Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-3084952956620671042012-04-30T11:58:00.001+02:002012-04-30T12:00:02.520+02:00Volver a empezar<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjohiwO7D5uAbBPaMqWS6oY1pacqC80scmMVgZNCms5r3M59n6C8xJtsZE_rWxZd_ZVouW4vbkzllZGJs0lulmtfFN21auA5xGVzFR487IuZJV1pk3hlo7qBMrrV41U85myDA6I/s1600/cristina-kirchner_1374597i.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" oda="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjohiwO7D5uAbBPaMqWS6oY1pacqC80scmMVgZNCms5r3M59n6C8xJtsZE_rWxZd_ZVouW4vbkzllZGJs0lulmtfFN21auA5xGVzFR487IuZJV1pk3hlo7qBMrrV41U85myDA6I/s320/cristina-kirchner_1374597i.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
¿Vos me entendés? Cuando te enfrentás a un quilombo fenomenal, tené claro que son siempre producto de una degeneración anterior, un problema grave que no detectás y que se remonta a veces a decenas de años atrás. Nada en esta vida, querido, se produce por generación espontánea; cada acontecimiento que vivimos, este presente sobresaltado que nos ha tocado vivir, se corresponde exactamente con una secuencia del pasado. Sólo tenés que pensar en el tiempo de una forma distinta, olvidate del transcurrir armonioso de la vida. Vivimos tan atropellados con el presente, que es como si caminás mirando tus propios pies. ¿Cuántas veces tropezarías? La reputa, sí, la reputa porque nadie puede llegar lejos si no mirá al frente… Pues eso mismo es lo que intento decir: dejá de analizar el día a día que nada es fruto del momento. Remontate, al menos, a tres generaciones atrás. <br />
<br />
Tenés que partir de una primera generación que sufrió cada maldito día de su existencia; nacieron en una adversidad absoluta, con trabajos de mierda y sueldos de mierda. Pero salieron para adelante y le levantaron el piso a la generación que venía después. Muchos gurises de aquella generación se licenciaron en la universidad y se hicieron grandes profesionales, y otros continuaron con el laburo de sus papás, un localcito, el taller de venta de gomas de autos o un almacén que heredaron y lo convirtieron en sólidos negocios. Los hijos de éstos ya se encontraron la vida resuelta pero, como aún permanecía en la familia el espíritu de trabajo, el negocio familiar y la proyección profesional se mantuvieron. El problema se plantea con los nietos, mimados, acomodados y desmotivados. La generación opuesta a la de sus abuelos o bisabuelos, aunque no los culpo a ellos porque no son más que el último reflejo de una sociedad y unos gobiernos que han ido complaciendo la desmotivación de esa sociedad que vive por encima de sus posibilidades a base de ayudas, subvenciones y subsidios… <br />
<br />
¿La sociedad argentina? Pero qué decís, pelotudo, que yo no hablo de Cristina Kirchner ni de los nietos del peronismo. Que no, que no, que yo no te hablaba de la Argentina ni de esa tarada. No, mirá, la cosa en la Argentina está muy clara, yo creo que siempre ha sido así, al menos hasta donde me alcanza la vista y los conocimientos. Por eso, muchos argentinos te dicen, con sarcasmo, que a lo mejor la solución es probar a que nos gobiernen las putas, porque hasta ahora con los hijos nos ha ido muy mal. Claro, claro… Y lo del Repsol, pues nada, es una malvinada más. No tenés que preocuparte, antes o después nos enteramos de los motivos reales de la expropiación. Pero, miráme, que yo no te hablaba de la Argentina, sino de España y de esta región tuya tan linda, Andalucía. Porque llevo quince años aquí y, desde que llegué, estoy sintiendo el vértigo de que acá pueda pasar lo mismo que allá. Ustedes están a tiempo, pero si no lo remedian, del corralito no los salva nadie. Oíme lo que te digo porque yo todo esto ya lo viví. Y sé que puede pasar. Te levantás un día y todo se fue al carajo. El dinero del banco, el valor de tu casa, el precio de tu auto… Tu vida se va al carajo. ¿Sabés lo que decía Julito Cortázar? Pues que «nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y que hay que empezar de nuevo». Mirá a tu alrededor: ¿Creés que hay alguien dispuesto al sacrificio de volver a empezar?Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-57161762896381360762012-04-27T13:42:00.002+02:002012-04-27T13:43:33.160+02:00Zurriagazo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyGorTfA9cRe49FtkT4ihJV_CjV3whhMeRgCft3fHvtVFnDLB3wSL7pG_4gHPqyy6MEG9mQvutTMq-Dq6RniqWRJQgkUqvJddMEViW-mPl31xGKS4TMbL_Wfw7OBPXwbuQO_0P/s1600/zurriago1-editorial.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" oda="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyGorTfA9cRe49FtkT4ihJV_CjV3whhMeRgCft3fHvtVFnDLB3wSL7pG_4gHPqyy6MEG9mQvutTMq-Dq6RniqWRJQgkUqvJddMEViW-mPl31xGKS4TMbL_Wfw7OBPXwbuQO_0P/s320/zurriago1-editorial.jpg" width="182" /></a></div>
<br />
En los años del Trienio Liberal de España, aquel periodo tan convulso de principios del siglo XIX, se editó en Madrid un periódico que en muy poco tiempo alcanzó gran fama por la agresividad, la dureza y el sarcasmo de cada uno de sus comentarios. El Zurriago, se llamaba, para dejar claro desde la misma cabecera que sólo podían esperarse latigazos a diestro y siniestro. Gracias al bicentenario de las Cortes de Cádiz, se han editado ahora algunas de las recopilaciones que, al leerlas, provocan, a la vez, asombro y vértigo por la certeza absoluta de que un periódico así sería inimaginable en la actualidad, de tanto como hemos asumido e interiorizado el lenguaje y las formas políticamente correctas. Unos más que otros, es verdad, pero de forma general nadie se asemeja siquiera al estilo del Zurriago, descarnado, cruel, despiadado con aquellos tipejos, tuvieran el poder que tuvieran, se adornaran con los títulos nobiliarios que quisieran, que cometían algún tipo de abuso en el ejercicio del caro público. Los editores del El Zurriago, de hecho, lo expresaron, como declaración de intenciones, en el primer número y nunca defraudó su lema. «Los editores se declaran en guerra abierta con los abusos, con los que viven de los abusos y con los que abusen de su autoridad». <br />
<br />
¿Quién hace aquí ese periodismo? ¿Quién puede decir que lo ha practicado en el pasado? Muy pocos, desde luego, con el detalle añadido de que cuando un periódico ha iniciado una línea de denuncias contra un Gobierno, la reacción de muchos otros medios ha sido la de silenciar los escándalos o justificarlos, para así participar de una mayor porción de tarta de ingresos publicitarios de la administración. Por eso, provoca hasta irritación que las asociaciones de prensa, tantas veces calladas, hayan comenzado a difundir ahora, con motivo del día internacional de la libertad de prensa, que se celebra el próximo día tres, un «manifiesto reivindicativo» en el que se incluyen algunas bobadas importantes, como la frase central: «sin periodistas no hay periodismo; sin periodismo, no hay democracia». Pues vale, pero señalemos también que no todo lo que se ha editado en papel de prensa en España en los últimos treinta años debería considerarse periodismo y que, por consiguiente, no sólo no contribuye al funcionamiento democrático de una sociedad, sino que la atrofia. Mucha prensa, muchos periodistas, no sólo no han combatido los abusos sino que han vivido de los abusos. Y en Andalucía, mogollón.<br />
<br />
Si miramos ahora hacia atrás, con la perspectiva que tenemos ahora del escándalo monumental de los ERE, nos sorprenderíamos del silencio enorme, la complacencia incluso, durante todos estos años en los que en la Junta de Andalucía ha dilapidado mil millones de euros. El propio ex consejero Fernández lo dejó caer el otro día en su declaración ante la juez Alaya, cuando dijo, con evidente sorna y mala hostia, que nadie podía acusarlos de opacidad en la gestión de los fondos de Empleo porque todo el mundo lo conocía, los sindicatos y la patronal, los primeros. Y tiene razón: la discrecionalidad, la arbitrariedad y el sectarismo han sido una constante aquí durante tres decenios, hasta convertirse en un vicio aceptado por todos los actores que acudían fieles a ese pesebre. ¿No lo iban a conocer los sindicatos, si ellos mismos se beneficiaban de los ERE? ¿No lo iba a conocer la patronal, si entre los empresarios ese chalaneo debía ser generalizado? Pues claro. Como dirían en El Zurriago, «los ladrones prosperan en todo tiempo. Ojo al crucifijo, que es de plata».Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-6130639117598225312012-04-26T14:21:00.002+02:002012-04-26T14:22:03.260+02:00Guadalajara Dos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmvimjUlBB0L8PJQOEULW80zK15RON7foe59blSVRlRQZqbxXwAolROXWTjA-oBsPvzPTAt1o3Tp8YYVAgKTo9oyUCfEmwxhn6mAEBav9EXg742mGY303HYQqXUTaDqk2euytB/s1600/felipe_gonzalez-rafael-vera-jose-barrionuevo-carcel-guadalajara-segundo-marey-gal-guerra-sucia-crimen-estado.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="214" oda="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmvimjUlBB0L8PJQOEULW80zK15RON7foe59blSVRlRQZqbxXwAolROXWTjA-oBsPvzPTAt1o3Tp8YYVAgKTo9oyUCfEmwxhn6mAEBav9EXg742mGY303HYQqXUTaDqk2euytB/s320/felipe_gonzalez-rafael-vera-jose-barrionuevo-carcel-guadalajara-segundo-marey-gal-guerra-sucia-crimen-estado.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
Que salgan en procesión, que organicen caravanas de militantes con sus banderitas y sus bocatas, que agiten a las juventudes socialistas para que acampen a la puerta con una protesta indefinida, que celebren mítines encendidos de todos los dirigentes nacionales, que publiquen manifiestos solidarios de abajo firmantes, que contraten a cantautores antiguos y modernos, españoles y cubanos, para que ofrezcan conciertos y se empañen los ojos de lágrimas con el atardecer y una canción que se llame libertad. Que organicen otra feria política como aquella frente a la cárcel de Guadalajara, cuando un juez mandó al talego a los que pagaron en los tribunales la barbarie de los GAL y el despilfarro de los fondos reservados en tiempos de Felipe González. Que hagan lo mismo ahora que una juez ha enviado a prisión a un ex consejero del Gobierno andaluz, que no se corten, que no se queden con la limitación del comunicado que ha aprobado el PSOE de Cádiz, que no escondan su visión de la Justicia en el exabrupto de una agrupación provincial. Si de verdad consideran, como han dicho, que el ex consejero procesado es un “represaliado político”; que el fiscal anticorrupción y la jueza que lo han enviado a prisión forman parte “de la derecha más recalcitrante”; y que el proceso judicial es tan arbitrario e “injusto” que llega a imputar a un hombre sin pruebas porque “no hay, ni puede haber una sola prueba" para culpar a Antonio Fernández de la trama de los ERE; si eso es lo que piensan, que organicen ya las manifestaciones a la puerta de la prisión. Guadalajara Dos. <br />
<br />
Es tan desproporcionada, tan antidemocrática, la reacción visceral de los socialistas gaditanos, que lo que han conseguido, al final, es profundizar aún más en las contradicciones internas del PSOE y de la propia Junta de Andalucía en este caso; el imposible metafísico de ser, a la vez, acusación y defensa de la trama de los ERE. Podrían reparar, por ejemplo, los socialistas gaditanos en la evidencia de que también la Junta de Andalucía, personada en el proceso como acusación, solicitó que se le impusiera una fianza de casi 70 millones de euros al ex consejero Fernández, además de obligarlo a comparecer semanalmente en los juzgados. Parece evidente, por tanto, que aunque la Junta no solicitó prisión para el ex consejero, lo que sí tiene claro es que Fernández ha podido delinquir por su participación en el diseño y ejecución del ‘fondo de reptiles’. Según la teoría de la conspiración que manejan los socialistas gaditanos, ¿deberíamos considerar que la Junta de Andalucía forma parte también de la ‘derecha más recalcitrante’ que acusa al ex consejero “sin ni una sola prueba”?<br />
<br />
Pero es que, más allá incluso del comunicado incendiario del PSOE de Cádiz, cuando la ejecutiva regional o el propio Gobierno andaluz salen en defensa de Fernández, y se muestran apesadumbrados por el procesamiento de un político que ejerció su cargo con “dignidad” y con “eficacia”, lo que tendrían que aclarar es por qué, en consecuencia, la Junta de Andalucía no ha solicitado que el ex consejero quede en libertad sin cargos. Y es que parece evidente, en definitiva, que el PSOE andaluz, con su secretario general a la cabeza, se ha instalado en un laberinto de contradicciones del que sólo puede escapar de la forma abrupta que ya ha apuntado: con la descalificación y el insulto.Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-74678567584529148312012-04-24T12:36:00.001+02:002012-04-24T12:37:08.336+02:00Café<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdd5Z8fiWeEl12f1RTYYKUTkg_VwGVGTbfj-Ne7pATbTNPziyHdT2z5me_5jD4ZpycRFAFwLk_T8l62JOLltDwAPSqpfDfm1mFi3SvymPpmZFqdNk1CpnMW0o8JiAMqBW1TwjO/s1600/cafe2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="232" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdd5Z8fiWeEl12f1RTYYKUTkg_VwGVGTbfj-Ne7pATbTNPziyHdT2z5me_5jD4ZpycRFAFwLk_T8l62JOLltDwAPSqpfDfm1mFi3SvymPpmZFqdNk1CpnMW0o8JiAMqBW1TwjO/s320/cafe2.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
Es verdad, la política española se puede medir de café en café. Sin que nadie lo esperase, el café se ha convertido en metáfora de los tiempos políticos. El primer café que se recuerda fue el “café para todos” de Manuel Clavero. Con aquel café, se rompió el diseño primero que se había fijado, pactado en secreto entre centristas y socialistas, para limitar las autonomías de primer grado a las llamadas comunidades históricas. La previsión se hizo añicos con la movilización andaluza y fue entonces cuando se generalizó el sistema autonómico con el “café para todos” que luego, con el paso de los años, se ha desbordado hasta crear este gigante administrativo que ahora ni siquiera de puede abarcar. Café, copa y puro.<br />
<br />
Lo curioso es que de la misma forma que el café sirve para medir la abundancia y los excesos, también se utiliza para expresar lo contrario, las cosas que no tienen importancia o que se trivializan. Ahí está, por ejemplo, el último café del que tenemos noticias, el café del consejero extremeño del Partido Popular que, para quitarle importancia al copago sanitario, ha dicho eso de que para los pensionistas la subida no les va a suponer más que “cuatro cafés al mes”. Lo mismo hizo unos años antes Pedro Solbes, que pasará a la historia por ser el ministro de Economía que, por dos veces, llegó al Gobierno en una situación de bonanza económica y dejó el país al borde de la ruina. Cuando Solbes quiso explicar las subidas de precios en España, no se le ocurrió otra cosa que recurrir al café para razonar que, en realidad, el problema de fondo es que los ciudadanos no saben lo que cuesta un euro. “La gente se toma dos cafés y deja de propina un euro", dijo Solbes. ¿Por qué se empeñara este personal en dar lecciones de cotidianeidad si, en realidad, los únicos que no conocen los precios de la calle son ellos? Como Zapatero, cuando le preguntaron por el precio de un café. Ochenta céntimos, dijo el presidente. Es decir, ni idea de lo que cuesta un café en la calle.<br />
<br />
El café como metáfora del modelo de Estado y el café como medida de la economía de un país. Aunque el café que más ha dado que hablar en España es aquel que explica los mecanismos íntimos de la corrupción: el café de Juan Guerra. Cuando Juan Guerra resumió toda su actividad en los cafelitos que se tomaba en su despacho de asistente de su hermano, el vicepresidente del Gobierno, sintetizó mejor que nadie la discrecionalidad en la gestión de los fondos públicos. Para conseguir una ayuda o una subvención, o para recalificar unos terrenos o agilizar una licencia, sólo había que pasarse por aquel despacho y, con el cafelito de por medio, el dedo poderoso del hermano de Alfonso Guerra hacía y deshacía. En lo de los ERE, si se fijan, el mecanismo es el mismo, la arbitrariedad y la discrecionalidad que conducen inevitablemente a la corrupción. Por eso es normal que el ex consejero de Empleo, Antonio Fernández, no haya podido aclarar en los juzgados por qué se creó un fondo opaco que se ha convertido en la mayor corrupción cometida por un gobierno. No se trata de otra cosa: durante diez años, se han repartido cientos de millones en ayudas y subvenciones con el mismo rigor con el que Juan Guerra administraba los cafelitos de la Delegación del Gobierno. La ‘lógica del café’, en fin, que no tiene más justificación que el chalaneo, una ilegalidad global y sistemática en la Junta de Andalucía.Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-64326045284393805822012-04-23T19:23:00.002+02:002012-04-23T19:24:36.108+02:00La juez de porcelana<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaBVxWAn7hguZncVhQZE4G8_VWPiLq3wrcj9GYmtVOMdxTvyM498GhLvVYdSvgGg2i2Mmf7RtmsqyR4x0oo47wWqSspGmznr4Loy90xckex-QzRNi_d-XTMZycF-L28S4lJeKb/s1600/gogo--644x362.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaBVxWAn7hguZncVhQZE4G8_VWPiLq3wrcj9GYmtVOMdxTvyM498GhLvVYdSvgGg2i2Mmf7RtmsqyR4x0oo47wWqSspGmznr4Loy90xckex-QzRNi_d-XTMZycF-L28S4lJeKb/s320/gogo--644x362.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
De porcelana parece hecha la juez de los ERE, como supo ver
bien Antonio Soler. Porque también él se quedaría atrapado en esa imagen
congelada de la juez Alaya llegando a los juzgados, hierática, inexpresiva,
misteriosa, abriéndose camino con la mirada firme, el gesto serio, sin concesiones
de los labios, ni los ojos; la extraña capacidad de mantener la misma cara en
las cientos de fotos que le han hecho llegando a los juzgados. Sólo cambia el
vestido, hoy azul, mañana blanco, otro día negro o rojo, pero siempre,
indefectiblemente, la misma expresión y la misma compostura, un bolso grande en
una mano, un troyller en la otra, arrastrando secretos y sumarios. El cuerpo
erguido, el camino recto que no se detiene un instante ni existe previsión
alguna que nadie pueda alterarlo. La juez de porcelana, “misteriosa y
cabalística,/ puede dar celos a Diana/ con su faz de porcelana/ de una blancura
eucarística”, que parece que los versos de Rubén Darío estaban esperando la
estampa de esa mujer a la puerta de los juzgados.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Y será que esa puesta en escena, fría y distante, de
porcelana, está calculada por la juez para acojonar aún más a los procesados,
cuando lleguen a su despacho y la vean allí, en su mesa de despacho, disparando
preguntas, sin horas, ni días, ni descanso. En ninguno de los casos de corrupción
que se recuerdan en España se ha dado un interrogatorio como el que comenzó el
viernes pasado del ex consejero de Empleo, Antonio Fernández, lo que nos
devuelve otra vez a la inquietud primera
sobre la forma de llevar la instrucción de la juez Alaya, si esta manera
suya de actuar es conveniente para el objetivo final de todo proceso judicial,
que es el de sentar a los procesados en un juicio y que sean condenados por los
hechos cometidos. ¿Una instrucción así, que ha demorado más de un año la declaración
y la cárcel de los principales imputados, clarifica o complica la
investigación? A favor de la juez Alaya podría justificarse hoy que si ha
esperado tanto tiempo para llamar a declarar al ex consejero Fernández ha sido
porque ha estado preparando minuciosamente un interrogatorio demoledor, preciso
y riguroso. Arrollador, como el que hemos visto. Porque lo que nadie pone en
duda es la capacidad de trabajo de la juez Alaya, y ha esperado hasta tener en
su mano el mayor número de pruebas
posibles y conocer, igual o más que los miembros del Gobierno andaluz, sobre el
funcionamiento de la Junta de Andalucía y del reparto de las subvenciones del
fondo de reptiles. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
El problema que se vislumbra es que una actuación
profesional así, tan profunda, tan exhaustiva, llevan a la juez Alaya a una
implicación personal que puede salirse de lo establecido, de lo legalmente
establecido en la Ley de Enjuiciamiento Criminal en cuanto a la distancia que
todo juez debe mantener con los procesados y con el procedimiento mismo. Quiere
decirse que lo que no es normal, ni adecuado para el proceso, es que la jueza
discuta y reprenda a los imputados, como ha ocurrido en este caso. “<span style="color: black;">Asuma al menos la
responsabilidad que le corresponde como consejero (…)</span><span style="color: black;"> Si quiere, se acoge a su derecho a no declarar,
pero no se ande por las ramas. Contésteme a la pregunta", como le
reprendió, al parecer, al ex consejero Fernández durante el maratoniano
interrogatorio que le tenía preparado. ¿Qué asuma su responsabilidad? ¿Cómo
entender que la jueza se pronuncie en esos términos, más propios del debate
parlamentario que del judicial? Y es ahí, en ese punto, donde el interrogatorio
del ex consejero Fernández se conecta con la preocupación de siempre: Esperemos
que en el futuro, cuando este inmenso proceso judicial llegue a la fase final,
los excesos de la instrucción no echen por tierra el mayor escándalo en el uso
de fondos públicos que se ha conocido y que la propia jueza Alaya ha levantado
con minuciosidad y tesón. Entre tanto, seguiremos escrutando la imagen
congelada de esa mujer, la juez de porcelana que cuelga el hieratismo en la
percha de su despacho, como una máscara veneciana.<o:p></o:p></span></div>Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-8664395957322379742012-04-21T13:45:00.001+02:002012-04-21T13:46:33.967+02:00Pollo sin cabeza<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwmxnOnUEDVbp9CMiIpONrMYkCmqwMGWLZy90hQCMb3LdOs2s78XCm9YzDsDMReNB87QOGC29YyEXqsAG3m1pojkPKFUC0Z2vJgbv_o0beLlDA6FOYapYUGmcbqUPShFLLt-nD/s1600/pollo_oyemexico-380x285.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwmxnOnUEDVbp9CMiIpONrMYkCmqwMGWLZy90hQCMb3LdOs2s78XCm9YzDsDMReNB87QOGC29YyEXqsAG3m1pojkPKFUC0Z2vJgbv_o0beLlDA6FOYapYUGmcbqUPShFLLt-nD/s320/pollo_oyemexico-380x285.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">El diez de
septiembre de 1945, un granjero de Colorado, en Estados Unidos, cogió uno de
los pollos que tenía en el corral y se lo llevó debajo del brazo hasta el
tronco de madera, junto al cobertizo, en el que solía sacrificar a los
animales. Colocó al pollo en posición y, con un golpe certero, le cortó el
pescuezo. Fue a dejarlo sobre la mesa cuando, para asombro del granjero, el
pollo dio un salto y salió disparado hacia el campo. Levantó la alas, se las
sacudió, y siguió caminando como si tal cosa, pero sin cabeza. Primero
acudieron su mujer y sus hijos a ver el fenómeno del pollo sin cabeza; luego
los de las granjas de alrededor y, ya al final, unos científicos de la
Universidad de Utah, que analizaron el caso y ofrecieron las explicaciones
oportunas para explicar aquella maravilla de la naturaleza. Desde el primer
día, desde que le cortó el gaznate, el granjero convirtió aquel pollo sin
cabeza en su favorito, el mejor del corral, y, seguro ya de que nunca podría
hincarle el diente ni aunque su mujer le preparase la mejor pepitoria, dedicaba
varias horas al día a alimentarlo, introduciéndole con una pipeta de
laboratorio gotitas de agua por el esófago y algunos trocitos de maíz. Lo
exhibió por ferias y concursos, “¡El extraordinario caso del pollo sin
cabeza”!, y cuando ya le había ganado 4.500 dólares en las exhibiciones, un mal
día al pobre pollo se le atragantó un grano de maíz en el trozo de pescuezo que
le quedaba y la palmó asfixiado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Como los
americanos convierten cada parcela de su historia en un show patriótico, de la
historia del pollo sin cabeza de Colorado se han editado libros, múltiples
reportajes, dispone de página web, ‘The headless chicken’, y hasta le quieren
construir un monumento como símbolo del lucha y de coraje por vivir. Pero toda
esa fanfarria es sólo la anécdota local: el pollo de Colorado es la
demostración más llamativa de una simetría superior. Cada desvarío humano,
tiene su simétrico en el mundo animal: el desastre estruendoso de un elefante
en una cacharrería, el placer ordinario de un cochino en un charco, la libertad
anárquica de un gorrión. Y el pollo sin cabeza. Este tiempo que vivimos, que
tanto trabajo nos cuesta entender y calificar, es, sin duda alguna, un tiempo
de pollo sin cabeza. Asómese cualquier día al balcón de las noticias y quédense
un rato a escucharlas en orden descendente. Primero, los sobresaltos de las
Bolsas que van cayendo, parqué a parqué, de oriente a occidente; luego, la
angustia de la deuda gigante de España en los mercados financieros, que deja la
quiebra pendiente de un hilo. Luego, un escalón más abajo, la política
nacional, crispada y previsible. Nunca se detiene la política española en un
momento de normalidad, todos los argumentos tienen un fin electoral. Ya al
final, la política andaluza, este oásis: Aquí, extrañamente, ni son necesarios
los recortes ni hay nada que ajustar. Sencillamente, no existe conexión alguna
entre la realidad política andaluza y la secuencia de acontecimientos
internacionales. Pero es que, más allá, tampoco parece que exista conexión
alguna entre la política andaluza y la realidad andaluza. El pollo sin cabeza
de Corolado estuvo vivo 37 días; aquí vamos tirando desde hace años, sin saber
muy bien cómo es posible, y sin embargo nadie nos estudia como fenómeno.<o:p></o:p></span></div>Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-74540058949826792832012-04-20T19:04:00.002+02:002012-04-20T19:06:03.321+02:00La cena de los idiotas<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNprvJx-yPbkkK9kLBJxE7mTf0JnC30F_FcRLcT5SKbJhoZyuzzlHuesSLk66MPgdPOre2fy4JgSkj1PQapjnAik28neAFg_BJVjtdYtiLOOyb4SV0kscLf589UOz1OmMNHZ4b/s1600/cons.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 200px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNprvJx-yPbkkK9kLBJxE7mTf0JnC30F_FcRLcT5SKbJhoZyuzzlHuesSLk66MPgdPOre2fy4JgSkj1PQapjnAik28neAFg_BJVjtdYtiLOOyb4SV0kscLf589UOz1OmMNHZ4b/s320/cons.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5733530117626629714" border="0" /></a><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:trackmoves/> <w:trackformatting/> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:donotpromoteqf/> <w:lidthemeother>ES</w:LidThemeOther> <w:lidthemeasian>X-NONE</w:LidThemeAsian> <w:lidthemecomplexscript>X-NONE</w:LidThemeComplexScript> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> <w:splitpgbreakandparamark/> <w:enableopentypekerning/> <w:dontflipmirrorindents/> <w:overridetablestylehps/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> <m:mathpr> <m:mathfont val="Cambria Math"> <m:brkbin val="before"> <m:brkbinsub val="--"> <m:smallfrac val="off"> <m:dispdef/> <m:lmargin val="0"> <m:rmargin val="0"> <m:defjc val="centerGroup"> <m:wrapindent val="1440"> <m:intlim val="subSup"> <m:narylim val="undOvr"> </m:mathPr></w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" defunhidewhenused="true" defsemihidden="true" defqformat="false" defpriority="99" latentstylecount="267"> <w:lsdexception locked="false" priority="0" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Normal"> <w:lsdexception locked="false" priority="9" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="heading 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="9" qformat="true" name="heading 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="9" qformat="true" name="heading 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="9" qformat="true" name="heading 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="9" qformat="true" name="heading 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="9" qformat="true" name="heading 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="9" qformat="true" name="heading 7"> <w:lsdexception locked="false" priority="9" qformat="true" name="heading 8"> <w:lsdexception locked="false" priority="9" qformat="true" name="heading 9"> <w:lsdexception locked="false" priority="39" name="toc 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="39" name="toc 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="39" name="toc 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="39" name="toc 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="39" name="toc 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="39" name="toc 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="39" name="toc 7"> <w:lsdexception locked="false" priority="39" name="toc 8"> <w:lsdexception locked="false" priority="39" name="toc 9"> <w:lsdexception locked="false" priority="35" qformat="true" name="caption"> <w:lsdexception locked="false" priority="10" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Title"> <w:lsdexception locked="false" priority="1" name="Default Paragraph Font"> <w:lsdexception locked="false" priority="11" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Subtitle"> <w:lsdexception locked="false" priority="22" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Strong"> <w:lsdexception locked="false" priority="20" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Emphasis"> <w:lsdexception locked="false" priority="59" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Table Grid"> <w:lsdexception locked="false" unhidewhenused="false" name="Placeholder Text"> <w:lsdexception locked="false" priority="1" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="No Spacing"> <w:lsdexception locked="false" priority="60" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Shading"> <w:lsdexception locked="false" priority="61" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light List"> <w:lsdexception locked="false" priority="62" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Grid"> <w:lsdexception locked="false" priority="63" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="64" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="65" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="66" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="67" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="68" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="69" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="70" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Dark List"> <w:lsdexception locked="false" priority="71" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Shading"> <w:lsdexception locked="false" priority="72" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful List"> <w:lsdexception locked="false" priority="73" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Grid"> <w:lsdexception locked="false" priority="60" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Shading Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="61" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light List Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="62" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Grid Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="63" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 1 Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="64" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 2 Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="65" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 1 Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" unhidewhenused="false" name="Revision"> <w:lsdexception locked="false" priority="34" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="List Paragraph"> <w:lsdexception locked="false" priority="29" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Quote"> <w:lsdexception locked="false" priority="30" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Intense Quote"> <w:lsdexception locked="false" priority="66" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 2 Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="67" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 1 Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="68" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 2 Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="69" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 3 Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="70" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Dark List Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="71" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Shading Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="72" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful List Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="73" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Grid Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="60" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Shading Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="61" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light List Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="62" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Grid Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="63" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 1 Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="64" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 2 Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="65" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 1 Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="66" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 2 Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="67" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 1 Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="68" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 2 Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="69" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 3 Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="70" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Dark List Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="71" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Shading Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="72" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful List Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="73" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Grid Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="60" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Shading Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="61" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light List Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="62" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Grid Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="63" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 1 Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="64" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 2 Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="65" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 1 Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="66" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 2 Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="67" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 1 Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="68" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 2 Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="69" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 3 Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="70" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Dark List Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="71" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Shading Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="72" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful List Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="73" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Grid Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="60" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Shading Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="61" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light List Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="62" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Grid Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="63" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 1 Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="64" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 2 Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="65" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 1 Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="66" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 2 Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="67" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 1 Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="68" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 2 Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="69" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 3 Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="70" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Dark List Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="71" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Shading Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="72" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful List Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="73" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Grid Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="60" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Shading Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="61" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light List Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="62" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Grid Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="63" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 1 Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="64" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 2 Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="65" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 1 Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="66" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 2 Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="67" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 1 Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="68" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 2 Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="69" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 3 Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="70" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Dark List Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="71" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Shading Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="72" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful List Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="73" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Grid Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="60" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Shading Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="61" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light List Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="62" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Grid Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="63" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 1 Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="64" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 2 Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="65" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 1 Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="66" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 2 Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="67" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 1 Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="68" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 2 Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="69" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 3 Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="70" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Dark List Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="71" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Shading Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="72" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful List Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="73" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Grid Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="19" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Subtle Emphasis"> <w:lsdexception locked="false" priority="21" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Intense Emphasis"> <w:lsdexception locked="false" priority="31" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Subtle Reference"> <w:lsdexception locked="false" priority="32" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Intense Reference"> <w:lsdexception locked="false" priority="33" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Book Title"> <w:lsdexception locked="false" priority="37" name="Bibliography"> <w:lsdexception locked="false" priority="39" qformat="true" name="TOC Heading"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-priority:99; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman","serif";} </style> <![endif]--><span class="texto1"><br />El otro día, qué risa, nos pusimos a charlar con unos amigos y a poco estuvimos de acabar revolcados por el suelo, de las carcajadas que dábamos. Qué ocurrencias, qué cosas, y todo verídico, como decía aquel humorista. Hablábamos de lo mal que están las cosas, de la crisis y todo eso, y entonces uno nosotros, con gesto serio, aprovechó un silencio de la conversación para hacer de la voz del dios inmisericorde y justiciero. En el momento de silencio que hay en toda cena, cuando acaban de servir un plato y sólo se escucha el tintinear de las copas o de los cubiertos danzando por el plato, que si las espinas de la lubina, que si los nervios del chuletón, en ese silencio atronó su voz de barítono: «Haz de saber, hermano, que dios castiga al avaro con el mayor desprecio, porque escrito está que un día amanecerá con un vestido de saco de arpillera como toda pertenencia. ¡¡Y vosotros, hermanos, sois grandes pecadoreeees!!» Todo fue decirlo y al sobresalto del vocerío le sucedió una carcajada general, que casi nos tira por el suelo.</span><br /><p> <span class="texto1">La culpa de todo, ya verás, la tiene Andrés, que comenzó contando lo aliviados que están ahora en Canal Sur con las elecciones andaluzas, porque han estado acojonados de verdad. Es normal, por otra parte: tal y como está la profesión, los de Canal Sur saben que ni por asomo van a encontrar nada que se le parezca. Y si hubieran ganado los del Partido Popular, seguro que a esta hora ya estábamos hablando de recortes de plantilla. ¿Qué pasa, que les parece mucho que Canal Sur tenga 1.600 trabajadores? Pues eso es lo que hay, que lo único que pretenden es meternos aquí la precariedad de la empresa privada, con tanta explotación como hay. Eso sí, las cosas están ahora estabilizadas, nos dijo, y contó aquella vez que los sindicatos negociaron con la empresa que se le pagara el desayuno a los trabajadores. Tan cubiertos estaban todos los extras, digamos, que se pusieron a negociar ¡el desayuno! Nos reímos, claro, y Andrés también aunque al principio pensara que lo tomábamos a coña. No se enfadó porque, con ese mismo hilo, Antonio contó cómo viven en el ayuntamiento en el que trabajan. Su secretaria, por ejemplo, entre que llega una hora y media tarde porque tiene llevar los hijos al colegio y que luego se marcha antes porque tiene que hacer la comida del marido, pues resulta que sólo se pasa por allí un par de horas, como mucho. ¿Y qué? Si las administraciones públicas no dan ejemplo de conciliación laboral, ¿quién va a darlo en este país? </span><br /><span class="texto1"></span></p><p><span class="texto1">Total, que la secretaria tampoco se puede quejar de la crisis, dije yo, je, je, y todos comenzamos a reírnos otra vez. Y eso que lo mejor estaba por llegar. Alberto, que es delegado sindical nos dijo que, en realidad, la gente está muy equivocada con la educación de sus hijos, esa obsesión por la Universidad. No creo que haya muchos profesores y médicos que ganen más dinero que un conductor de autobuses municipales en Sevilla, dijo. O un empleado de la limpieza. A ver quién lo supera: en la empresa de limpieza de Sevilla, los puestos de trabajo son hereditarios. ¡Un trabajo que pasa de padres a hijos por convenio! Qué risa, de verdad... Ahí lo llevas, Merkel. Hemos pensado que para la próxima cena invitaremos a alguien de fuera. Pero no puede ser empleado público. Y verás qué divertido, cuando contemos nuestras cosas.</span></p>Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-4359638158086622052012-04-19T18:13:00.008+02:002012-04-19T18:19:31.144+02:00Falibilidad<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhf60L3pVfREFUaKlEvsbRo0UzgJZYE4JzzYn7KLx3vGwDzft2VdYpMw7ZQHaW-d0cl5iuV-gTRCwbUoZQrs6GRT73d5QNILfoUz5E0ecG9FpMlv2IxeFCDgRLRHSmsRxQPiC-w/s1600/rey_juan_carlos_1049_622x466.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 240px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhf60L3pVfREFUaKlEvsbRo0UzgJZYE4JzzYn7KLx3vGwDzft2VdYpMw7ZQHaW-d0cl5iuV-gTRCwbUoZQrs6GRT73d5QNILfoUz5E0ecG9FpMlv2IxeFCDgRLRHSmsRxQPiC-w/s320/rey_juan_carlos_1049_622x466.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5733145810358517794" border="0" /></a><br />«Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir». Era todo lo que se esperaba, por eso, al oír sus palabras en la radio, en el tono más triste que se le recuerda nunca, al recibir como ciudadano la disculpa pública que muy pocas veces se ha podido oír en labios de un jefe de Estado, sólo queda levantarse y aplaudir. Aplaudir no a la Corona, no a la Monarquía, que eso forma parte de otro debate que ahora no importa; se le aplaude a la persona, se aplaude la humildad porque sólo a los grandes les asiste ese instante de sinceridad consigo mismos para reconocer los errores cometidos. Y levantarse tras la caída, mirar a los ojos, y pedir perdón. Así como Popper decía que «sólo los canallas intelectuales son inmodestos», podría añadirse ahora que sólo los canallas intelectuales son inmodestos y soberbios. El camino de la disculpa pública, de la admisión del error, va mucho más allá del hecho concreto al que se refiere. Ése, el de la modestia, es el sendero de la autocrítica y de la tolerancia, de saber escuchar a los demás y estar siempre dispuestos a admitir que somos nosotros los que estamos en un error. Cuando un Rey le pide perdón a los ciudadanos está mostrando una forma de ser, un comportamiento necesario para que el futuro siempre pueda ser mejor porque somos capaces de aprender de los errores cometidos. Sí, también con una equivocación se puede ser ejemplar ante la ciudadanía.<br /><br />Ya se sabe que todo esto, para muchos, es anécdota y que algunos, incluso, lo convertirán en broma, en chufa, y entonces ya no se sabrá muy bien si lo ocurrido merece la pena resaltarlo o pasarlo por alto, sin más trascendencia que una ‘borbonada’. Para resolver esa duda, sólo hay que mirar alrededor. ¿Pidió alguna vez Felipe González disculpas por la corrupción que se lo llevó por delante? ¿Y por los GAL? ¿Alguien le recuerda a Aznar otra cosa que la soberbia cada vez que se equivocaba y persistía en el error? Chaves y Camps, envueltos ambos en escándalos políticos, tuvieron la desfachatez de presentarse ante la sociedad como víctimas de «un intento de muerte civil». ¿Quién puede esperar otra cosa que soberbia de la implicación política de Griñán en la trama de los ERE? La equivocación de Don Juan Carlos ha sido de forma; todos esos escándalos eran corrupciones de fondo. Podría haber invocado el rey, como Isabel II de Inglaterra, el annus horribilis, y aguardar, como sucede en política, a que escampe la tormenta. No ha sido así.<br /><br />Popper sostenía que, dado que igual que una sociedad sin conflictos sería inhumana, lo esencial de una democracia es la capacidad crítica para, con humildad, contrastar ideas, valores y pensamientos. Como la ciencia, que utiliza la autocrítica en la búsqueda de la verdad. «Todos los grandes científicos naturales fueron conscientes de su ignorancia infinita y de su falibilidad», añadía el filósofo. Y es eso lo que se valora, la necesidad democrática, social, de sabernos falibles. Como Don Juan Carlos, ahora: «Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir».<br /><br /><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:trackmoves/> <w:trackformatting/> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:donotpromoteqf/> <w:lidthemeother>ES</w:LidThemeOther> <w:lidthemeasian>X-NONE</w:LidThemeAsian> <w:lidthemecomplexscript>X-NONE</w:LidThemeComplexScript> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> <w:splitpgbreakandparamark/> <w:enableopentypekerning/> <w:dontflipmirrorindents/> <w:overridetablestylehps/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> <m:mathpr> <m:mathfont val="Cambria Math"> <m:brkbin val="before"> <m:brkbinsub val="--"> <m:smallfrac val="off"> <m:dispdef/> <m:lmargin val="0"> <m:rmargin val="0"> <m:defjc val="centerGroup"> <m:wrapindent val="1440"> <m:intlim val="subSup"> <m:narylim val="undOvr"> </m:mathPr></w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" defunhidewhenused="true" defsemihidden="true" defqformat="false" defpriority="99" latentstylecount="267"> <w:lsdexception locked="false" priority="0" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Normal"> <w:lsdexception locked="false" priority="9" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="heading 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="9" qformat="true" name="heading 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="9" qformat="true" name="heading 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="9" qformat="true" name="heading 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="9" qformat="true" name="heading 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="9" qformat="true" name="heading 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="9" qformat="true" name="heading 7"> <w:lsdexception locked="false" priority="9" qformat="true" name="heading 8"> <w:lsdexception locked="false" priority="9" qformat="true" name="heading 9"> <w:lsdexception locked="false" priority="39" name="toc 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="39" name="toc 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="39" name="toc 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="39" name="toc 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="39" name="toc 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="39" name="toc 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="39" name="toc 7"> <w:lsdexception locked="false" priority="39" name="toc 8"> <w:lsdexception locked="false" priority="39" name="toc 9"> <w:lsdexception locked="false" priority="35" qformat="true" name="caption"> <w:lsdexception locked="false" priority="10" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Title"> <w:lsdexception locked="false" priority="1" name="Default Paragraph Font"> <w:lsdexception locked="false" priority="11" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Subtitle"> <w:lsdexception locked="false" priority="22" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Strong"> <w:lsdexception locked="false" priority="20" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Emphasis"> <w:lsdexception locked="false" priority="59" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Table Grid"> <w:lsdexception locked="false" unhidewhenused="false" name="Placeholder Text"> <w:lsdexception locked="false" priority="1" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="No Spacing"> <w:lsdexception locked="false" priority="60" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Shading"> <w:lsdexception locked="false" priority="61" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light List"> <w:lsdexception locked="false" priority="62" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Grid"> <w:lsdexception locked="false" priority="63" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="64" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="65" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="66" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="67" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="68" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="69" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="70" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Dark List"> <w:lsdexception locked="false" priority="71" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Shading"> <w:lsdexception locked="false" priority="72" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful List"> <w:lsdexception locked="false" priority="73" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Grid"> <w:lsdexception locked="false" priority="60" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Shading Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="61" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light List Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="62" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Grid Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="63" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 1 Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="64" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 2 Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="65" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 1 Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" unhidewhenused="false" name="Revision"> <w:lsdexception locked="false" priority="34" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="List Paragraph"> <w:lsdexception locked="false" priority="29" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Quote"> <w:lsdexception locked="false" priority="30" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Intense Quote"> <w:lsdexception locked="false" priority="66" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 2 Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="67" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 1 Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="68" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 2 Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="69" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 3 Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="70" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Dark List Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="71" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Shading Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="72" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful List Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="73" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Grid Accent 1"> <w:lsdexception locked="false" priority="60" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Shading Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="61" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light List Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="62" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Grid Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="63" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 1 Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="64" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 2 Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="65" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 1 Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="66" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 2 Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="67" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 1 Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="68" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 2 Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="69" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 3 Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="70" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Dark List Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="71" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Shading Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="72" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful List Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="73" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Grid Accent 2"> <w:lsdexception locked="false" priority="60" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Shading Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="61" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light List Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="62" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Grid Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="63" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 1 Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="64" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 2 Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="65" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 1 Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="66" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 2 Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="67" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 1 Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="68" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 2 Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="69" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 3 Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="70" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Dark List Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="71" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Shading Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="72" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful List Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="73" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Grid Accent 3"> <w:lsdexception locked="false" priority="60" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Shading Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="61" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light List Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="62" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Grid Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="63" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 1 Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="64" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 2 Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="65" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 1 Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="66" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 2 Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="67" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 1 Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="68" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 2 Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="69" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 3 Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="70" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Dark List Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="71" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Shading Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="72" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful List Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="73" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Grid Accent 4"> <w:lsdexception locked="false" priority="60" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Shading Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="61" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light List Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="62" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Grid Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="63" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 1 Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="64" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 2 Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="65" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 1 Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="66" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 2 Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="67" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 1 Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="68" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 2 Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="69" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 3 Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="70" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Dark List Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="71" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Shading Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="72" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful List Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="73" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Grid Accent 5"> <w:lsdexception locked="false" priority="60" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Shading Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="61" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light List Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="62" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Light Grid Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="63" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 1 Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="64" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Shading 2 Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="65" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 1 Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="66" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium List 2 Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="67" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 1 Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="68" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 2 Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="69" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Medium Grid 3 Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="70" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Dark List Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="71" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Shading Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="72" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful List Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="73" semihidden="false" unhidewhenused="false" name="Colorful Grid Accent 6"> <w:lsdexception locked="false" priority="19" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Subtle Emphasis"> <w:lsdexception locked="false" priority="21" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Intense Emphasis"> <w:lsdexception locked="false" priority="31" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Subtle Reference"> <w:lsdexception locked="false" priority="32" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Intense Reference"> <w:lsdexception locked="false" priority="33" semihidden="false" unhidewhenused="false" qformat="true" name="Book Title"> <w:lsdexception locked="false" priority="37" name="Bibliography"> <w:lsdexception locked="false" priority="39" qformat="true" name="TOC Heading"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-priority:99; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman","serif";} </style> <![endif]-->Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-90090635093547518762012-04-17T01:53:00.005+02:002012-04-17T02:01:51.956+02:00Caza Mayor<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-_FQ620Hm3WjVRkGAJzaj1Q0fysYZQTv5zeU26m7hQ0rsqjanQoWrmuCxX8v0Ln9P3S6UnqYjLjOo9hIUsQeBDn-dfdaovA14yoqWzKjdS-HECZTqZDxrmOVJn3A4vorH7CaW/s1600/rey-elefantes.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 213px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-_FQ620Hm3WjVRkGAJzaj1Q0fysYZQTv5zeU26m7hQ0rsqjanQoWrmuCxX8v0Ln9P3S6UnqYjLjOo9hIUsQeBDn-dfdaovA14yoqWzKjdS-HECZTqZDxrmOVJn3A4vorH7CaW/s320/rey-elefantes.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5732151409569674386" /></a><div><!--StartFragment--> <p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Esta vez, al Rey no le ha salvado ni la ridícula desproporción de quienes lo critican. Son esas campañas antimonárquicas que brotan en cada oportunidad que se presenta y que, como suelen andar endebles de argumentos, acaban festejando lemas ridículos. Como ahora, tras conocerse el episodio de caza mayor de Don Juan Carlos en África, surgen algunos lemas tan absurdos que merecen el recuerdo y la posteridad. “Todos somos elefantes”, han comenzado a repicar en las protestas electrónicas del pásalo y sólo la carcajada instantánea puede redimir a los autores de la bobada. Todos somos elefantes… En fin. Pues ni eso, ni el patetismo de esos lemas, ha logrado salvar esta vez al Rey porque no parece que haya nadie en España que, en esta ocasión, pueda justificar su comportamiento. Y dada la fragilidad de la monarquía en España, al Rey sólo le va a quedar ya la disculpa pública y el compromiso de que abandona definitivamente sus aventuras cinegéticas que lo hacen parecer ante la sociedad un zar trasnochado. Otras veces, en controversias diversas, el Rey Juan Carlos ha sabido resolver el entuerto en el que se encontraba, él o alguien de su familia, con aquello que mejor sabe hacer, comunicar cercanía y sencillez a la ciudadanía. Ahora, no le queda otra salida que la de mirar a los ojos a los ciudadanos y asumir que nadie en España pueda comprender ni respaldar su comportamiento.</span></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Cuando eso ocurra -que es lo que, a mi juicio, va a ocurrir en la manera y en el momento que determine la Casa Real (con alguna filtración, con algún gesto, con alguna frase intercalada en un discurso institucional)- <span style="mso-spacerun: yes"> </span>ahí tendría que agotarse la polémica. Que también una democracia tiene que estar abierta a la disculpa del gobernante o del cargo público del que se conocen detalles de su vida privada que sorprenden o escandalizan. Quiere decirse que por mucho que todo el mundo censure el comportamiento del rey, no puede resultar baladí el hecho de que se trate de un asunto relacionado con su vida privada. ¿O es que alguien se va a asombrar ahora de que el Rey de España tenga treinta mil euros para gastarse en una batida de elefantes o, como es más probable, que tenga amigos influyentes que lo inviten a sus cacerías en África? La ejemplaridad que se exige siempre es la del ejercicio del cargo público; los actos de la vida privada sólo deben ser relevantes si afectan al desempeño de sus funciones y no parece que, en este caso, el rey haya desatendido ninguna de sus obligaciones.</span></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">No, no tiene defensa alguna el comportamiento del Rey, por lo que supone de frivolidad y de anacronismo esa cacería de elefantes, pero lo que no debería ocurrir ahora es que ese triste episodio se convierta en una campaña de caza mayor contra la Casa Real. La paradoja aquí sería que la misma sociedad que se muestra tan permisiva con la corrupción política, como hemos visto en diversos procesos electorales, en Andalucía o en Valencia, se vuelva ahora severa y exigente con un asunto que sólo atañe a la vida privada del rey y al dudoso placer de descerrajarle tres tiros a un animal. No convierte a Don Juan Carlos en mejor o peor rey que le guste la caza mayor en vez de cazar mariposas, ni que su vida sexual sea más o menos promiscua. Y quien quiera convertir esos episodios de vida privada en el balance de una monarquía está dañando, antes que a la monarquía, a la sociedad. Por el trastorno de valores, por la confusión de lo importante.</span></p></div>Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-78572568499459474742012-04-07T19:57:00.003+02:002012-04-07T20:07:34.393+02:00Otro camino<div style="text-align: left;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjA2vQkWoHaDAFMkpB7NITU_EoOD4nmeo5lmXDfT-QL0so9RaqVyPLc_9Yv9mORoiO-HoOnknSrjKp-RddIjXPdQPKiiZTtn_d24Q0cO9DgKt_0Kql03NoCsUaUgX0KP5nG-vqV/s1600/Jose-Antonio-Gomez-Marin-JM-6.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 193px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjA2vQkWoHaDAFMkpB7NITU_EoOD4nmeo5lmXDfT-QL0so9RaqVyPLc_9Yv9mORoiO-HoOnknSrjKp-RddIjXPdQPKiiZTtn_d24Q0cO9DgKt_0Kql03NoCsUaUgX0KP5nG-vqV/s320/Jose-Antonio-Gomez-Marin-JM-6.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5728719502083640898" border="0" /></a><br /></div>Te dirán que todos somos iguales, que todos los periodistas están hechos de la misma pasta, y tú te lo creerás. Te dirán que todos los periodistas son profesionales respetables, dignos e independientes, y tú te lo creerás. Pero es mentira. El periodismo, como cualquier otro gremio, no extiende la profesionalidad entre sus miembros, como quien esparce mantequilla sobre una tostada. El periodismo, los periodistas, buenos, malos o regulares, comparten un problema, les afecta un mismo mal, la politización expansiva de los últimos años. Periodistas de trinchera, periodistas que trabajan al servicio de un partido político, que repiten con sus altavoces mediáticos las consignas del partido que los mantiene, que los sustenta. Te dirán que todos los periodistas hacen lo mismo, que cada mochuelo defiende el olivo que lo cobija, pero es mentira, porque una cosa es que un periodista o un medio de comunicación defienda una posición ideológica y otra muy distinta es que un periodista o un medio de comunicación sea portavoz de los intereses políticos de un partido. Todos los periodistas no se venden, pero ése, ése y ése, sí que se han vendido. Si te lo cuentan otra vez, recuerda que libertad de prensa es también tu libertad, y defiende la diferencia.<br /><br />Te dirán que hay que salir en defensa de Canal Sur, que es un medio público y, nuestro, de todos los andaluces. Te dirán que todos allí son buenos profesionales, grandes trabajadores, que no tienen otra meta que la objetividad, la imparcialidad. Te dirán todo eso, pero es mentira. En Canal Sur, entre los periodistas de Canal Sur, buenos, malos y regulares, hay comisarios políticos cuya misión no es otra que la de ensalzar a diario al partido en el Gobierno y recortar, minusvalorar y ridiculizar a los partidos de la oposición. Hacen ese trabajo y, por esa dedicación exclusiva, algunos se han hecho millonarios. Lo sabe bien, mi admirado José Antonio Gómez Marín y, por eso, hace unos días chocaron con él en Canal Sur. Ya ven, fueron a topar con Gómez Marín, que es un personaje intercambiable en cualquier momento de la historia y siempre encajaría; en la Academia aristotélica de la antigua Grecia o en el la Sorbona de París de los filósofos existencialistas. Lo quisieron acorralar en una tertulia domesticada, prefijada para la encerrona y los golpes de pecho por los profesionales de Canal Sur, y Gómez Marín se revolvió con una guasa implacable, como del Beni, «yo me presto a que me traigáis a estas tertulias de gorila blanco, pero de gato de angora, en absoluto». Te dirán que todos somos iguales, pero no es así. Este es Gómez Marín; es periodista y es único. Otros son serviles y previsibles. Ése, ése y ése. Los hay del PP y los hay del PSOE, y todos son iguales.<br /><br />Te dirán que todos somos iguales, que todos somos cuñas de la misma madera, la madera que sale del leño gastado de la barra de los bares, de las confidencias de un café, de la borrachera de madrugada con los colegas. Te dirán que el periodismo es leyenda, que todos buscan luchar contra el abuso, contra la corrupción, y tú te lo creerás. Pero eso no es verdad. El poder de un periodista ya lo delimitó García Márquez, es el poder sin trono. Esos, todos esos, eligieron el trono, la poltrona y la faltriquera. Como el lema del PSOE en la última campaña electoral, eso no es periodismo; el periodismo otra historia. Otro camino, con más hostias, con más alegrías, con más tiesura. El periodismo es otra paz, el periodismo es otra guerra. Te dirán que hay que salir en defensa de Canal Sur, que es de todos y es neutral, que es profesional, pero es mentira.Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-3589006472641178782012-04-04T22:17:00.003+02:002012-04-04T22:20:42.741+02:00Bocazas<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgofhTwgGh6ghPwOfjz7nO0zDsPH_u9uRyROA5hYI-EnlQGO_PUQnlIXpevLGu0F-NeZqjWvpjAo1t7fDNcJzBAHQ93wdJG3d20gXIc22NgNV70I0-q-_AEahqDFP0NZD0yDITU/s1600/Boca-ix-preso_RTVIMA20120403_0258_11.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 178px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgofhTwgGh6ghPwOfjz7nO0zDsPH_u9uRyROA5hYI-EnlQGO_PUQnlIXpevLGu0F-NeZqjWvpjAo1t7fDNcJzBAHQ93wdJG3d20gXIc22NgNV70I0-q-_AEahqDFP0NZD0yDITU/s320/Boca-ix-preso_RTVIMA20120403_0258_11.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5727642387290316690" /></a><br />La Cofradía del Despropósito cumplió ayer con la tradición de poner en libertad a un preso para aumentar la penitencia de las víctimas. Salió de prisión José Franco, ese que llaman 'el Boca', y no tardó ni tres segundos en echar por tierra toda la esperanza de Justicia que tenían los padres de Ana María Ruiz Cano, la pequeña que murió cruelmente asesinada hace 22 años. Dice el asesino que de nada tiene que arrepentirse ni pedir perdón porque no fue él quien cometió el crimen. Pero ya fue investigado y procesado y en un Estado de Derecho, que existen los recursos y una causa la enjuician distintos tribunales, la única verdad en un caso así es la verdad judicial. <br /><br />Ya no es la culpabilidad lo que está en duda, sino la permisividad del sistema judicial español que permite la liberación de un condenado por un delito como éste. Sencillamente, no es posible explicarse que el 'delito' cometido por la madre de la pequeña asesinada, que es haber presentado el recurso contra la excarcelación del asesino con un mes de retraso, pueda tener más peso que el delito cometido por el Boca. Si se contempla el proceso judicial en su conjunto, es sencillamente inaceptable que un error formal determine la reducción de la condena a la mitad.<br /><br />Pero es que, además, sin necesidad de entrar en debate alguno sobre los plazos y la doctrina Parot, lo que nadie podrá entender es que el sistema penitenciario español permita la excarcelación prematura de un preso que, no es que no pida perdón, es que ni siquiera reconoce los hechos por los que ha sido condenado. El fin constitucional de la cárcel en España es la reinserción de los delincuentes en la sociedad. Parece lógico pensar, por tanto, que los beneficios penitenciarios y las exenciones de condena sólo pueden aplicársele a aquellos delincuentes que, previamente a cualquier reducción de pena, demuestran arrepentimiento y, con ello, la posibilidad de que vuelvan a la sociedad sin riesgo alguno de que cometan otro delito. Si esta deducción puede aplicarse a los delincuentes comunes, con mucho más énfasis puede sostenerse en el caso de los autores de delitos sexuales, y más aún, a los de delitos sexuales con menores, cuyo comportamiento obedece a trastornos mentales que suelen ser incurables. ¿Cómo va a quedar libre antes de cumplir la mitad de la condena un asesino que ni se arrepiente ni pide perdón, y que, además, afirma que no se ha sometido a ningún tratamiento de rehabilitación porque no ha cometido ningún delito? Es el mandato constitucional el que se incumple cuando, como acaba de ocurrir, un delincuente sale a la calle sin garantía alguna de que pueda reinsertarse en la sociedad. El Boca hoy, en cualquier ciudad de España, es un elemento objetivo de alarma social. Porque 'el Boca', además de todo, no se calla. Bocazas. La cofradía del Despropósito lo ha liberado.Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-61928255033822759972012-03-30T08:20:00.002+02:002012-03-30T08:23:03.867+02:00El mitin huelga<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJ2GPHu7rFJ3m2zimnOzx9l1F_5TGuqM8QaF99q80ePhOafnYETzIhLLm2rdmMHtJQ9dNyKQV_AQt0NAM1oFMh8LoxWuUgCwHDgYR8OesVAROYtL0efpzOERGmO5YFCqoR3R1K/s1600/huelga-general-29m-acto-sol.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 210px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJ2GPHu7rFJ3m2zimnOzx9l1F_5TGuqM8QaF99q80ePhOafnYETzIhLLm2rdmMHtJQ9dNyKQV_AQt0NAM1oFMh8LoxWuUgCwHDgYR8OesVAROYtL0efpzOERGmO5YFCqoR3R1K/s320/huelga-general-29m-acto-sol.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5725571464111864466" /></a><br /><br />Una huelga general es a los sindicatos lo que los mítines de una campaña electoral a los partidos políticos; actos de reafirmación dirigidos a los militantes y protagonizados exclusivamente por los militantes. La sociedad, que se queda fuera, que mira desde la puerta o se cambia de acera cuando escucha el tumulto, se limita a contemplarlos, a oírlos, pero rara vez acude a un mitin político en una campaña electoral o secunda decidida una huelga general. Desde ese punto de vista, por tanto, la huelga general de ayer fue un éxito, es verdad, como dicen los sindicatos, pero esa valoración es tan irrelevante como considerar un éxito un mitin electoral atestado de militantes de un partido político, ahítos de banderitas, vítores y proclamas. Es un acto introspectivo; musculación, no más. Por eso, ante la cancela de la fábrica o frente al escaparate de unos almacenes, los delegados sindicales se reúnen y entonan entusiasmados su himno sindical de reafirmación: «Hacía falta ya una huelga, una huelga, hacía falta ya una huelga general».<br /><br />Sí, una huelga general es a los sindicatos lo que los mítines a los partidos políticos y de la misma forma que un mitin está condenado al fracaso si no se organizan autobuses gratuitos para acarrear militantes de todos los pueblos de alrededor, una huelga general fracasaría estrepitosamente si no existieran los piquetes coactivos desde la madrugada. ¿Cómo, por ejemplo, se puede considerar que un país está en huelga general si la sociedad recupera la normalidad a partir de las doce de la mañana, cuando los piquetes se han marchado a sus casas o a sus bares?<br /><br />Ayer, a últimas horas de la madrugada, en la puerta de entrada de las cocheras de la empresa municipal de autobuses de Sevilla, la estampa que se podía observar lo decía todo. A un lado, un cordón de decenas de policías alineados sobre un fondo de furgones al ralentí con el destello silencioso de las sirenas azules. Al otro lado, otro cordón de sindicalistas, también varias decenas, con banderas de plástico rojo apoyadas en el hombro sobre un fondo de pintadas en la pared que llamaban a la huelga general. A unos metros de distancia, se les veía como dos ejércitos a punto de entrar en combate, en el instante previo en el que se miden las fuerzas, se encienden los ánimos, se inflama la tensión. Lo que pasaría después no dista mucho de lo que, a esa misma hora de la madrugada, ocurría en cientos de fábricas y empresas de toda España; sí, es seguro que el resultado de esa pugna de policías y sindicalistas es el cierre parcial de la fábrica o la empresa, pero dónde está ahí la sociedad. La gente, toda la gente, a esa hora en la que se decide el éxito o el fracaso de la huelga general está en su casa. Como en los mítines, no participa; se limitará a contemplar el músculo de los sindicatos y a jurar en arameo por la sucesión de dificultades que tendrá que atravesar para llegar a su puesto de trabajo, para llevar a sus hijos al colegio, para encontrar una gasolinera abierta... Hasta que, a partir de las doce, el descanso de los piquetes instaure la normalidad.<br /><br />«Hacía falta ya una huelga, una huelga, hacía falta ya una huelga general», cantan los delegados en su éxtasis. En lo que quizá ninguno de ellos ha reparado es en el simbolismo oculto que encierra esa cantinela, entonada con la música de aquella canción infantil que decía «había una vez un barquito chiquitito que no podía, que no podía, que no podía navegar (…) Y si esta historia, parece corta, volveremos, volveremos a empezar». Pues eso.Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-90397163127106644162012-03-29T13:16:00.004+02:002012-03-29T13:19:08.223+02:00Trincheras<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6VRKM5U_wVKUyfsy7hlVhSglSKwLCV_jDUe3v63KjgUnKz0tIW_yF85pIN7CEF1JSCpsonwtp16Ncxvt4bdx8bD4CW3ZoMmNPm2AlwMm-aL8dW5nuQBJJ90iQVOu9qWMH7ZSF/s1600/trincheras.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 250px; height: 187px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6VRKM5U_wVKUyfsy7hlVhSglSKwLCV_jDUe3v63KjgUnKz0tIW_yF85pIN7CEF1JSCpsonwtp16Ncxvt4bdx8bD4CW3ZoMmNPm2AlwMm-aL8dW5nuQBJJ90iQVOu9qWMH7ZSF/s320/trincheras.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5725276750753680258" /></a><br />Dices que a tus compañeros de clase les ha cambiado la cara después de las elecciones. Que ahora están más relajados, como aliviados. Que lo has notado en el ambiente, en las bromas de los pasillos, en la cordialidad de las sentadas en el césped, en la relajación de las asambleas. No era así en las últimas semanas, a medida que se iba acercando la fecha de las elecciones fue creciendo a tu alrededor una tensión que desconocías; la normalidad con la que tú recibías las encuestas que vaticinaban una mayoría absoluta del Partido Popular se transformaba en crispación en las aulas, en enfado. Hasta llegaste a pensar una vez que quizá eras tú la equivocada, que quizá tenían razón quienes decían que había que parar a la derecha, que no se podía permanecer impasible ante la invasión. Y luego, en los mítines, también los dirigentes de varios partidos lo decían, que las conquistas sociales estaban en peligro, que los derechos laborales estaban en peligro, que las libertades estaban en peligro, que la democracia misma estaba en peligro. <br /><br />Dices que ahora todo eso ha cambiado, que las urnas han liberado el ambiente y ha vuelto la normalidad, y hasta los encierros que se habían programado para esta semana ya se han desconvocado. Eran encierros contra la Reforma Laboral pero, en realidad, se trataba de encierros preventivos, por si ganaba la derecha en las elecciones; para que todo estuviera programado. Que ha ganado la izquierda en Andalucía, y no hay de qué preocuparse ahora. Los sondeos estaban equivocados y todo ha sido como un mal susto, una pesadilla que por fortuna ha pasado. Y de ahí, del susto, es de donde nace esta euforia de ahora, mucho más acentuada que la alegría previsible, más intensa que la satisfacción esperada. Dices que la gente, sencillamente, está contenta porque piensa que han vencido a fuerzas superiores que se habían alineado para que aquí ganara la derecha, poderes fácticos, el interés de los mercados, el capitalismo agazapado. Ese era el peligro y el peligro, en Andalucía, se ha conjurado.<br /><br />Dices que te quedaste asombrada en la primera asamblea del lunes, en la universidad en la que estás, en la clase de Ciencias Políticas en la que el profesor abrió el debate con los alumnos para analizar el resultado de las elecciones. Uno tras otro, los alumnos que ahora ya están felices explicaron que la sociedad andaluza ha sabido interpretar a la derecha, a la verdadera derecha, a la que se esconde tras las siglas y las sonrisas azuladas de las vallas de publicidad. “Es normal que la gente no haya querido votar a Arenas porque le tiene miedo a que vuelva la Guerra Civil y los fusilamientos”. Dices que un alumno se puso en pie, que lo dijo así, y que otros muchos compañeros de clase, estudiantes de 18 y 19 años, lo respaldaron con gestos de asentimiento. Tú te levantaste indignada para protestar. ¿Guerra Civil? ¿Fusilamientos? Pero la mayoría de la clase estaba de acuerdo con el riesgo que se había corrido, porque había oído historias de su familia, o de sus conocidos. Dices que el propio profesor terció en el debate para darle la razón a los primeros porque, según explicó, nadie puede obviar que la extrema derecha está incrustada en el Partido Popular. Dices que no entiendes nada y yo, en fin, comprendo tu desconcierto. En una universidad andaluza, ochenta años después sigue calando la triste figura de un dictador al que muchos de ellos ni siquiera sabrán ponerle nombre. Esta es Andalucía, sociedad de trincheras.Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-32496655812691942372012-03-28T20:36:00.004+02:002012-03-28T20:38:12.718+02:00Adormidera<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivG7uJK_LsSO2dknE40bVSKIEFTwMWpkZxzFgov3hYHHLOInM-8-SqKMMpoCQrNT5sFj4ZBgIEIJgnTYk6-oiGaEqilbF7vx-mvUSzTcoOXKnIQsXOPVLCcqQ2lJiK6Cxgtx5V/s1600/JAEN.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 240px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivG7uJK_LsSO2dknE40bVSKIEFTwMWpkZxzFgov3hYHHLOInM-8-SqKMMpoCQrNT5sFj4ZBgIEIJgnTYk6-oiGaEqilbF7vx-mvUSzTcoOXKnIQsXOPVLCcqQ2lJiK6Cxgtx5V/s320/JAEN.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5725018845313018434" /></a><br />Esta vez, a diferencia de lo que ha venido ocurriendo por sistema en el Parlamento de Andalucía, no habrá un dirigente del PSOE que se suba a la tribuna del Parlamento para ensayar el guiño rebelde y burlón del «decíamos ayer», dirigido a los escaños de su principal oponente. Ya sé que eso es, justamente, lo que parece; que nada ha cambiado en la política andaluza y que, por muchas que sean las justificaciones que se busquen en el PP, la única realidad constatable en política es el poder, el gobierno que podrá seguir disfrutando el Partido Socialista después de haber perdido las elecciones andaluzas. Pero no habrá un «decíamos ayer». No, no podrá entonarlo Griñán por mucho que, como 'ser político', haya nacido -no renacido, sino nacido- este domingo pasado; por mucho que esta victoria le facilite el camino como líder en el PSOE después de haber estado desahuciado y liquidado por los compañeros adversarios, por los compañeros amigos. Por todos… La diferencia con otras etapas radica en que la gestión de esta 'dulce derrota' puede ser mucho más complicada y perniciosa para el PSOE de lo que ahora parece; más tortuosa incluso de lo que ahora se puede sentir por el efecto adormidera, el relax inmenso que, lógicamente, recorre el cuerpo socialista tras haber logrado sobrevivir al domingo electoral.<br /><br />Cuando pase ese efecto, el PSOE se enfrentará a una realidad que siempre ha esquivado. De hecho, el PSOE de Andalucía nunca ha gobernado con Izquierda Unida, siempre ha renegado de esas alianzas de la «izquierda plural» que ahora se bendicen. En las tres ocasiones en las que el PSOE ha tenido que gestionar una mayoría parlamentaria insuficiente, ni siquiera se ha planteado la posibilidad de ofrecer un acuerdo de gobierno o un pacto de legislatura a Izquierda Unida: para ese trabajo de apoyo a la mayoría, bastaban los tres o cuatro diputados del Partido Andalucista. Esa sería, sin variar ni un ápice, la apuesta que el PSOE estaría realizando ahora de nuevo si tuviera la más mínima posibilidad. Pero ni ha ganado las elecciones para imponer un discurso de fuerza mayoritaria ni tiene otra salida parlamentaria que la de implorar el apoyo de IU para que no ocurra aquí como en Extremadura.<br /><br />Por las primeras reacciones de los dirigentes de Izquierda Unida tras las elecciones, parece claro que los dirigentes de esa formación ni olvidan el pasado de repulsa ni se dejan ahora atrapar por la fascinación antigua de los cantos de sirena de la 'casa común' y la unidad de la izquierda. Uno de los futuros diputados de esa coalición ya ha dicho que «antes de hablar de pactos», el Parlamento debe aprobar una comisión de investigación sobre el escándalo de los ERE. Otro diputado ha añadido que un gobierno de izquierdas en la Junta de Andalucía debe tener claro «que para salir de la crisis hay que adoptar medidas anti sistema». Debe faltar ya poco para que, en el primer amago de negociación, se soliciten partidas de gasto nuevas, extraordinarias, que exigirán una modificación profunda del presupuesto. ¿Cómo reaccionará el PSOE si, en el primer pleno parlamentario, Izquierda Unida aprueba, con el apoyo del PP, una comisión de investigación de los ERE? ¿Puede asumir la crítica situación financiera de la Junta de Andalucía nuevas exigencias de gasto? <br /><br />La última vez que el PSOE se encontró en una situación parecida, el entonces presidente de la Junta, Manuel Chaves, resolvió la encrucijada con un portazo: disolvió el Parlamento a los dos años y convocó elecciones. Ya veremos cómo acaba esta legislatura.Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-51464044355076828912012-03-27T20:53:00.002+02:002012-03-27T20:54:27.553+02:00Valderólogo<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK7Zcs8Y5ANdudihg1HdgF5aoZt9jE7-PaBf3aG3niRhwEJe4vwOJYUwAfF2eS1b54nRc2IuQgQJEP8hxl3FSDc0XF08mDPiuohgM8deeXWXDGszBa-5wXQ-cBj8PJrou-iwCB/s1600/VALDERAS+Y+LARA+EN+EL++%25283785176%2529.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 207px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK7Zcs8Y5ANdudihg1HdgF5aoZt9jE7-PaBf3aG3niRhwEJe4vwOJYUwAfF2eS1b54nRc2IuQgQJEP8hxl3FSDc0XF08mDPiuohgM8deeXWXDGszBa-5wXQ-cBj8PJrou-iwCB/s320/VALDERAS+Y+LARA+EN+EL++%25283785176%2529.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5724652029077929522" /></a><br /><br />Que sí, que sí, que está en la cumbre de su carrera, que yo me quedo escuchándolo y acabo embobado, deslumbrado por las piruetas increíbles de sus expresiones, con el susto metido en el cuerpo, que se cae, que se cae, que se la pega, que se la pega, porque es imposible, porque parece mentira, pero al final resurge, y sale airoso, se impone, y completa con tres palabras la acrobacia dialéctica en medio del estupor del público. ¡Voilá! Es Diego Valderas, el candidato de Izquierda Unida, en el mejor momento de su carrera política. Es tan dulce el periodo político que atraviesa que, según tengo observado, ha conseguido que sus expresiones habituales, en apariencia inconexas y carentes de sentido, adquieran un tono superior casi poético; un regusto de sabiduría popular. Habla Valderas y a quien lo escucha le puede parecer que está delante de un trovador de otra época, de un hacedor de refranes nuevos o de un consagrado vendedor ambulante de retorica arrolladora. <br /><br />Son expresiones suyas, intransferibles, que lo hacen diferente a cualquier otro candidato del orbe político. «A mí, ese asunto me hace sonrisa», dice Valderas, y esa forma de decirlo lo distingue de todos los demás, del que simplemente sonríe, que se queda corto, y del que diría «ese asunto me hace sonreir», porque con el infinitivo prolonga la acción sin sentido. «Me hace sonrisa», sin embargo, es un preciso punto medio, distante, altanero. Le añade todos los matices de los que carecen las expresiones anteriores. O cuando dice: «Yo entendería que me dijeran, dejadme esperar tiempo». Cualquier hubiera dicho, «dejadme tiempo», o «vamos a esperar un tiempo». Valderas une las dos expresiones y se concede esta licencia poética: «dejadme esperar tiempo». Porque el simbolismo, la metáfora, la expresión gráfica siempre está en su discurso. Ante un asunto concreto, no se limita a decir que hay problemas; no, eso no tiene mérito. Valderas dice: «Es verdad que hay elementos de dificultad sobre la mesa». El avance es extraordinario porque, en el vocabulario de Valderas, las dificultades tienen cuerpo, se pueden ver los problemas andando por la mesa, como los virus verdes que salen en los anuncios de los inodoros. Hay que saber distinguir porque los elementos siempre están sobre la mesa pero no son todos iguales. Como los «elementos de renta de los edificios». Quién iba a decir que un vulgar alquiler podría sonar así.<br /><br />A veces el efecto dialectico de Valderas consiste en el circunloquio, en especial cuando se trata de algún asunto del que al orador le conviene zafarse. Por ejemplo: «Ese asunto tiene muy buena letra negra sobre blanca. La letra negra sobre blanca está muy bien, pero el desarrollo de esa letra negra sobre blanca no ha sido satisfactorio». Fíjense: Un mero refrán, «poner negro sobre blanco», que significa claridad, concisión, Valderas lo transforma y consigue el efecto contrario, la ambigüedad calculada, el acojone mismo: qué habrá querido decir este hombre. La letra negra sobre la letra blanca…<br /><br />Sostiene Antonio Romero que a Valderas le hace falta, como acompañante en los mítines, un «valderólogo», y puede ser que ahí esté la clave, que se comience a estudiar su habla como una nueva dimensión lingüística. Tiene razón. Podrían comenzar con ésta, que es mi favorita. Valderas habla de corrupción y de cómo le afecta a IU. Y confiesa: «Nunca he dicho que no tengamos una cepa mala en la viña de nuestro páramo». En una traducción libre, apresurada, cualquiera pensaría que está comparando a Izquierda Unida con un páramo, un terreno yermo en el que no crecen ni viñas ni nada. Error: En realidad, qué otra cosa es la corrupción sino un páramo. Valderólogo, sí, me apunto al instante. Hay elementos sobre la mesa y es preciso sustanciarlos.Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-44504498923198144642012-03-20T11:20:00.000+01:002012-03-20T11:22:00.520+01:00Anacronismo<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEij_Ob70lhYsCsUgY3zZZN12CbL0WY2wIqHDhEZjeccShlxOSjZhj_0QzloPz66aeC3ivnQF_s7JRPmglap2PnLOgxAILiGVF2JGZov7rSztKaYxP5ctTQnaZk_ZkeuGncEkMHn/s1600/cortes.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 312px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEij_Ob70lhYsCsUgY3zZZN12CbL0WY2wIqHDhEZjeccShlxOSjZhj_0QzloPz66aeC3ivnQF_s7JRPmglap2PnLOgxAILiGVF2JGZov7rSztKaYxP5ctTQnaZk_ZkeuGncEkMHn/s320/cortes.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5721922371889794594" /></a><br /><br />En los fastos de Cádiz del bicentenario de la Constitución, muchos son los paralelismos que se han buscado. El espíritu de reforma, la valentía popular, las ansias de libertad, de progreso. Muchos son los paralelismos que se entonan en los discursos oficiales para escapar del anacronismo, como si la historia se pudiera plegar y reconstruir, como si aquel aire se pudiera volver a respirar. Se recrea el ambiente con vestidos de época y documentos encapsulados y hasta podemos sentirnos por un momento partícipes de nuestra historia. Pero pasarán los fastos y lo que ha sido inevitable es pensar que desde las Cortes de Cádiz hasta ahora el principal anacronismo es, quizá, la propia idea de España. Quién duda ahora de que en los dos siglos transcurridos, desde aquella Constitución hermana de la de los Estados Unidos, es la idea de España la que se ha debilitado. ¿O acaso la celebración de ayer de Cádiz, aún con las primeras autoridades del Estado presentes en el acto, fue una celebración de toda España, un acontecimiento que haga sentirse orgullosos a todos los españoles? No, claro que no. Este es un país que vive de espaldas a su historia, y la Constitución de 1812 no ha sido una excepción.<br /><br />De 1812 hasta 2012 el principal anacronismo es España, y lo que ha perdurado es buena parte de todo lo que rodeó la vida efímera de la Constitución de Cádiz. Bastará pensar, sólo con un repaso a la historia reciente de España, en la frase que ayer colocó el Rey Juan Carlos en el frontal de su discurso: La España de principios del siglo XIX fue “una nación que estuvo muy por encima de sus máximas autoridades”. Lo dice don Juan Carlos, sin citarlo, en referencia a su predecesor, el indeseable Fernando VII, pero cualquiera de nosotros podría citar desde entonces otros momentos en los que la historia de España se trunca inexplicablemente, como si estuviera presa de una maldición del destino que la hace retroceder, estancarse, víctima del envilecimiento, del cainismo, del delirio, de la ambición de unos pocos. Y víctima también de la propia sociedad. Sí, de nosotros, porque alguna vez tendremos que pensar, y asumir, que también los pueblos se merecen los dirigentes que los hacen descarrilar como país. <br /><br />Como ahora: otra vez nos encontramos en uno de esos momentos claves de la historia. La crisis nos ha colocado al borde del abismo, al borde de la quiebra, y el miedo social que ha recorrido la sociedad, como un escalofrío, ha culpado de todo lo ocurrido al partido político que ha gobernado en España en los últimos ocho años, el mismo partido político que ha gobernado en Andalucía en los últimos treinta años, por el apoyo mayoritario de la sociedad. Una democracia es alternancia, es verdad, y estos cambios de ciclo político forman parte de la libertad de un pueblo para elegir a sus representantes. Es cierto, sí, pero por una vez, ahora que estamos de celebración, detengámonos un momento a pensarnos. Y concluir, quizá, que desde 1812 hasta ahora lo único que no se ha fosilizado como anacronismo es la debilidad de la sociedad española. Tú y yo, nosotros. ¿Cuántas veces nos hemos equivocado como sociedad? Una sociedad amante del “¡Viva la Pepa!”, en su peor acepción.Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-18674531.post-9641850632378059212012-03-02T20:56:00.005+01:002012-03-02T20:58:36.277+01:00La puta calle<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3lQoLxGMpFuq34loj6B2IkgH6Pw8CHXdEkaQdfGTLnzWY-5vV1BOsdNidQ6qNVmA6oMFGnfD5zzoAR3dwWSVxl6Q10MoKCXopE6Ra290t0c7ZNM8nJNJuKj1Lqco_eyxbZOch/s1600/espana-reforma-laboral-mendez-y-toxo-se-han-reunido-con-rubalcaba-para-analizar-las-consecuencias-de-la-reforma-laboral-00%2524599x0.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 202px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3lQoLxGMpFuq34loj6B2IkgH6Pw8CHXdEkaQdfGTLnzWY-5vV1BOsdNidQ6qNVmA6oMFGnfD5zzoAR3dwWSVxl6Q10MoKCXopE6Ra290t0c7ZNM8nJNJuKj1Lqco_eyxbZOch/s320/espana-reforma-laboral-mendez-y-toxo-se-han-reunido-con-rubalcaba-para-analizar-las-consecuencias-de-la-reforma-laboral-00%2524599x0.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5715391141310189426" /></a><br />La calle, sí, la puta calle. Mucho ojo con la calle que a la calle se le respeta porque se le teme, porque es la expresión más cruda de una sociedad, de un pueblo. Nadie resiste el estruendo de sus gritos y nadie es capaz de soportar es zumbido agudo de sus silencios. Puedes arder en la calle y puedes helarte. Nadie es dueño de la calle; de sus rumores, de sus clamores, todos son víctimas, todos son protagonistas porque todos son nadie y todos son alguien en el universo infinito y cambiante de la calle.<br /><br />La calle, sí, por eso todos quieren comprar sus favores; a cualquier precio, la puta calle. Lo pretende sobre todo el poder, la política, porque qué son ellos sin la calle, sin el asentimiento de la calle. La calle, es verdad, siempre ha sido más de la izquierda que de la derecha, que se ha mantenido distante, displicente, alejada de ese tumulto que quizá en tiempos le parecía chabacano o vulgar. Por eso el Partido Socialista, canijos como están por el ayuno total de ideas, se ha echado ahora a la calle para alimentarse de esos fetiches viejos, para cubrir con la tela de la pancartas el desnudo de la identidad perdida, para encontrarse en el camino, para reconfortarse con el aliento de la calle y para comprarle sus caricias, las caricias de la calle, de la puta calle.<br /><br />Ahí están otra vez, ahí se les ve de nuevo. Han pasado ocho años sin manifestaciones y ahora quieren cerrar el círculo de las ausencias con una gran convulsión callejera. El once de marzo es la fecha, y la sola mención de las siglas, el 11-M, nos revela que esa coincidencia sólo tiene una explicación, una miserable e insensata justificación: Coordinar aquella convulsión que cambió la historia de España con esta otra que pretende lo mismo, modificar la tendencia electoral de unas elecciones, las andaluzas, que llevaría al PSOE al primer eclipse total de la democracia. Lo dicen sin complejos, que el 11-M es «la nueva fecha para todo tipo de acciones». Es tan evidente la coincidencia, tan palpable, que si se han convocado las manifestaciones en ese día ha sido sólo porque se busca esa identificación; es tan evidente, que nunca puede pensarse en el lapsus o en el error. No cabe mayor insensatez.<br /><br />Por eso, cuidado con la calle, que es muy puta y puede volverse contra quien la desconsidera y escupe en su dignidad. Que pongan el oído en la acera para comprenderlo. Que sepan que, hasta que las protestas contra la Reforma Laboral se han comenzado a despeñar por el despropósito y el cinismo, lo que estaba creciendo lentamente entre la ciudadanía era un sentimiento de desencanto contra el Partido Popular. Era la dinámica habitual de desgaste de un partido de gobierno que se erosiona con el viento racheado de la crisis económica, que se embarra con las contradicciones y los incumplimientos. Esa corrosión ya estaba en marcha y puede truncarse ahora por la ridícula politización de las protestas (¿quién se puede creer a un dirigente del PSOE detrás de una pancarta, ahora que acaban dejar el Gobierno?) y por la utilización detestable que pretenden los sindicatos de la memoria colectiva del 11-M, el peor atentado que ha habido en España, para buscar subliminalmente la agitación de entonces.<br /><br />Al final, de todas formas, será la calle, la ciudadanía, quien decida sobre este espectáculo impúdico en el que están convirtiendo las protestas razonables contra los excesos de los recortes del Gobierno. Será la calle, sí, la puta calle, y ojalá se les vuelva en contra en la primera esquina.Javier Caraballohttp://www.blogger.com/profile/16491605806799609355noreply@blogger.com0